El Renacimiento Florentino: Del Castagno, Lippi y Beato Angélico
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Comparativa entre Andrea del Castagno y Fra Filippo Lippi
Andrea del Castagno, nacido en Florencia en 1421, muestra una pintura que se interpreta como una versión de la de Donatello, de ahí su carácter escultórico. Su obra es muy expresiva y rotunda, exagerando la visión humana propia de Masaccio.
Ambas obras (de Del Castagno y Lippi) son pinturas al fresco realizadas en amplios espacios, aprovechados con gran dominio de la arquitectura. Del Castagno crea un maravilloso juego de luces y sombras que endurecen los rostros de los personajes. Lippi, en cambio, consigue un efecto más neutral entre la luz y la sombra, más natural, que le permite trabajar con tonos grisáceos.
Los colores de Del Castagno son más dramáticos, con tonos sangrantes que destacan sobre el mantel blanco (elemento que también aparece en la obra de Lippi). Mientras que el dramatismo en Del Castagno se encuentra en las tonalidades, en Lippi reside en la representación de la escena misma; la cabeza del Bautista. Las figuras de La Última Cena resultan vulgares, mientras que en El Banquete todo es precioso.
Beato Angélico: Un Renacimiento Distinto
Beato Angélico es un gran pintor renacentista, aunque muy diferente de Masaccio. De este último adopta aspectos formales (anatomía, perspectiva...), pero su concepto del hombre es distinto. Se centra en el hombre como criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, con una visión optimista que se refleja en el esplendor de sus colores y la serenidad de sus obras. Es posible que Angélico percibiera los posibles peligros de la visión de Masaccio, que podía alejarse de Dios. Angélico aprovechó los aspectos formales de Masaccio, pero no su concepto del hombre.
La conservación de sus tablas es excepcional. Manejó los pigmentos con una maestría única.
Fresco de la Anunciación
Situado en otro corredor, este fresco (2´30 X 3´21 metros) representa un jardín con empalizada (sin Adán y Eva). Lo importante son el ángel y la Virgen. Los tonos están atenuados, con abundantes blancos para los mármoles. Destaca la policromía en las alas del ángel, las columnas proporcionadas y potentes (fustes).
Convento de San Marcos
Perteneciente a la orden de los silvestrinos, pasó a los dominicos en 1436 por decisión del papa Eugenio IV. Cosme de Medici lo patrocinó y costeó, con Michelozzo como arquitecto (a partir de 1437). Beato Angélico comenzó a pintar allí en 1438. La arquitectura de Michelozzo y la pintura de Beato Angélico son equivalentes. La estructura de la iglesia (una sola nave amplia y despejada, crucero más estrecho con cúpula y cabecera poligonal) tiene coincidencias con el Bosco.
Claustro de San Antonino
En el piso superior se encuentran las celdas decoradas por Beato Angélico. Utiliza columnas con capiteles jónicos sobre pedestales y arcos ligeramente rebajados para dar sensación de anchura.
Claustro de San Domingo
En el piso superior se encuentra la biblioteca, una obra maestra de Michelozzo: un rectángulo de 7 tramos, con el escudo de los Médicis en la entrada. La puerta adintelada tiene decoración en las jambas y el dintel superior.