El Renacimiento: Pilares del Pensamiento y la Transformación Cultural

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El Antropocentrismo: El Hombre como Centro del Universo

El antropocentrismo, o el paso del teocentrismo al antropocentrismo, supuso una nueva concepción de la relación entre el mundo, el hombre y Dios. El hombre medieval tenía una visión teocéntrica del mundo y, por consiguiente, consideraba a Dios el centro del universo. Es decir, según la mentalidad de la época, Dios, creador y todopoderoso, había creado el mundo y en él al hombre, un ser pecador y despreciable cuyo fin era conseguir la salvación. Para ello, debía sacrificarse y despreciar los bienes de este mundo terrenal, un simple “valle de lágrimas” y camino hacia un mundo mejor.

El Renacimiento, en cambio, invierte estos términos. Concibe a Dios como un ser comprensivo y cercano (lo humaniza) que ha creado el mundo y, dentro de él, al hombre, su criatura preferida a la que dota de razón para comprender, gozar y dominar un mundo que pone a su servicio. Por tanto, esta vida terrena adquiere un valor e importancia de la que antes carecía, ya que es en ella donde el hombre empieza a desarrollar las facultades que Dios ha puesto a su disposición. Ahora, el hombre es el centro del mundo y objeto de estudio.

La Potenciación del Sentido Racional: El Desarrollo de la Razón

La potenciación del sentido racional, o lo que es lo mismo, el desarrollo de la razón, es un pilar fundamental del Renacimiento. Según el pensamiento renacentista, lo único que convierte al hombre en un ser superior, por encima de los animales, es su capacidad para pensar. Gracias a ella, puede adquirir conocimientos para entender, dominar y gozar del mundo. De ahí que en esta época se tienda a la comprensión y comprobación racional de todo, y no se acepten las explicaciones exclusivamente religiosas propias de la Edad Media.

El Afán de Saber y Conocer: La Búsqueda del Conocimiento Global

El afán de saber y conocer es una consecuencia directa de la potenciación de la razón. Si lo que distingue al hombre de los animales es su capacidad racional, el hombre será “más hombre” cuanto más ponga en acción esa capacidad de pensar. Dicho de otro modo, el hombre se “humaniza” en la medida en que conoce. Así se explica su ansia de conocimiento, un deseo de alcanzar una comprensión global del mundo.

Un ejemplo paradigmático de este ideal lo constituye Leonardo da Vinci: pintor, escultor, ingeniero y matemático al mismo tiempo, encarnando la figura del hombre universal.

La Aplicación de la Capacidad Racional a los Aspectos Científicos: Innovación y Descubrimientos

La aplicación de la capacidad racional a los aspectos científicos fue un motor de cambio. Esto provocó que en esta época se produjeran importantes avances técnicos, nuevos inventos y descubrimientos que transformaron la sociedad.

  • La invención de la brújula facilitó y potenció la navegación, abriendo nuevas rutas comerciales y exploraciones.
  • La pólvora propició la aparición de nuevas armas, modificando las estrategias bélicas.
  • La imprenta revolucionó la difusión de las nuevas ideas renacentistas y el conocimiento en general.
  • La teoría heliocéntrica de Copérnico (posteriormente desarrollada por Galileo y Newton) revolucionó la visión que del universo tenía hasta entonces el hombre, desplazando el modelo geocéntrico.

El Interés por la Cultura Clásica: El Resurgimiento de la Antigüedad

El interés por la cultura clásica fue un rasgo distintivo del Renacimiento. Este hecho se vio favorecido enormemente por la invención de la imprenta a mediados del siglo XV, porque ese nuevo artilugio permitió, a partir de entonces, una mayor y más rápida difusión tanto de los autores grecolatinos como de las nuevas ideas del Renacimiento, facilitando el acceso al conocimiento y la recuperación de la sabiduría antigua.

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