El Renacimiento: El Resurgir del Humanismo y la Nueva Concepción del Arte

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Considerado uno de los momentos más brillantes de la humanidad, el Renacimiento ha sido mitificado durante siglos, sintiéndonos hoy día como herederos de esta época.

Aparecido en Italia a principios del siglo XV y concluido en 1600, este período produjo un cambio revolucionario en las ideas de arte y artista que permanecerán durante toda la Edad Moderna europea.

El Surgimiento del Humanismo en Italia

En Italia, el fuerte desarrollo de la burguesía mercantil hizo que la ciudad-estado se consolidara como el núcleo de la sociedad. Este será el escenario donde se desarrolle una nueva actitud cultural basada en el HUMANISMO y su constante interés por estudiar y recuperar (Re-nacer) los valores de la Antigüedad clásica grecorromana, “olvidada” durante muchos siglos. La intención era que esto tuviera un efecto práctico social: su fin ha de ser el de formar un nuevo ciudadano para una nueva sociedad.

Los eruditos humanistas emplearán en sus investigaciones el razonamiento basado en el análisis directo, empírico, de la realidad, sentando las bases de la investigación científica moderna. El ser humano comenzará a cobrar una inusitada importancia en el orden universal desplazando el teocentrismo medieval y, de algún modo, se establece como la medida de todas las cosas: antropocentrismo humanista.

La presencia del sabio humanista en las cortes comienza a ser común, difundiéndose la nueva mentalidad humanista por Europa.

El Artista Renacentista: Genio y Reconocimiento

El ARTISTA y su trabajo ya no son contemplados como algo vinculado a lo mecánico y físico sino a lo liberal e intelectual y, por tanto, de índole superior. Así, el artista está dotado de GENIO (cualidad innata) frente al INGENIO (habilidad) lo que le otorga un carácter especial.

La gran consideración social que adquieren los artistas hace que desaparezca el anonimato del gremio medieval. Al artista, que firma orgulloso sus obras, se le reviste de un aura especial y de él se espera una actitud y un comportamiento particular en tanto, se asume, está tocado por el genio creador. De ahí el surgimiento de los autorretratos.

El arte pronto pasa a ser valorado y analizado por los humanistas en cuanto a su belleza estética intrínseca. Surgen los profundos vínculos entre el humanista y el artista (que ya no se considera hábil artesano medieval), de influencia recíproca, llegando el artista en ocasiones a convertirse en humanista, lo que consolida su posición social.

La Búsqueda del Realismo: La Influencia Clásica y la Naturaleza

La base y el modelo del artista del Renacimiento es el arte de la antigüedad clásica y la naturaleza, que ha de ser representada de forma realista, porque realista es el arte clásico.

Para ello se desarrollarán fórmulas de representación de origen matemático que aspiran a reproducir artísticamente el mundo tal y como se ve, lejos de la abstracción medieval, encontrando una norma común y general para la plasmación artística de la realidad.

Esa norma debía estar sometida a un orden derivado del punto de vista del artista y del espectador y regulada por un método científico basado en la geometría, disciplina liberal que convierte en intelectual la labor artística.

La Revolución de la Perspectiva Monofocal

El procedimiento que se desarrollará para ello es la PERSPECTIVA MONOFOCAL, que genera la sensación de tridimensionalidad asumiendo un único punto de vista (el del artista y del espectador) organizando así toda la composición. El artista sitúa al ser humano como centro del lenguaje artístico.

La escala de los objetos y las figuras se asocia a su cercanía en relación con el espectador, organizándose según unas líneas convergentes hacia un punto de fuga, aplicando la geometría.

Este procedimiento otorgaba la deseada unidad espacial y temporal a las acciones representadas.

Filippo Brunelleschi: Pionero de la Arquitectura Renacentista

Filippo BRUNELLESCHI (1377-1446), descubridor de la perspectiva monofocal, “inicia” el renacimiento arquitectónico con su célebre solución para erigir la Cúpula de la catedral de Santa María de las Flores en Florencia (1420-1436) basándose en métodos clásicos de construcción como los del Panteón.

Su obra en la Basílica del Santo Spirito (1434-1444) es uno de los primeros ejemplos de la renovación arquitectónica renacentista desde el vocabulario y la racionalización del espacio y la forma. Los órdenes clásicos se retoman y el gigantismo gótico se sustituye por una medida más humana.

La relación entre las partes del edificio en planta y alzado se regula desde la aplicación de un módulo que, en su desarrollo por adición, sirve para asegurar una armónica proporción basada en las matemáticas y la geometría.

Leon Battista Alberti: El Ideal de Belleza Clásica

Leon Battista ALBERTI (1404-1472), ejemplo de humanista erudito, participa activamente con sus contemporáneos de la búsqueda de los nuevos lenguajes artísticos. Autor de tratados teóricos fundamentales, en el dedicado a la arquitectura difunde el pensamiento del teórico romano VITRUVIO, convirtiéndolo en una referencia esencial.

Su ideal de belleza, de raíz clásica, se fundamenta en la armonía y la proporción.

Sus realizaciones arquitectónicas no quieren copiar los edificios de la Antigüedad clásica sino adaptar los modelos que de ellos se extraen creando un nuevo clasicismo válido para la sociedad del momento.

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