La República en la Guerra Civil Española: Fases Finales, Geografía y Evolución Política
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La ofensiva, la Batalla del Ebro, fue la más dura y marcó el fin definitivo del Ejército Popular. Después se llevó a cabo la conquista de Cataluña y en febrero de 1939 cayó en manos de los sublevados.
Fin de la Guerra Civil (Febrero-Abril de 1939)
La República estaba prácticamente derrotada, así como las disensiones internas entre los partidarios de la resistencia (Negrín y el PCE) y aquellos favorables a una negociación de paz (Besteiro, el General Miaja, el coronel Casado), aunque Franco rechazó esta posibilidad. Se entregó a Franco la zona republicana. El 28 de marzo caía Madrid. El día 1 de abril terminaba la guerra.
Geografía de la Guerra Civil Española
La división territorial durante el conflicto fue compleja. A grandes rasgos, se puede establecer:
- Zona Nacional: Galicia, Castilla y León, Baleares, Navarra, algunos puntos de Asturias, de Aragón, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Jerez y la provincia de Cáceres.
- Zona Republicana: Levante, Cataluña, Murcia, casi toda Andalucía, Badajoz, Castilla-La Mancha, Cantabria, País Vasco y casi toda Asturias.
Además, la coyuntura económica favorecía a la República.
Evolución Política del Bando Republicano
La sublevación provocó la dimisión de Santiago Casares Quiroga y Azaña le encargó el nuevo gobierno a Martínez Barrio, que tuvo que dimitir. Finalmente, se lo confió a José Giral, de Izquierda Republicana. Funcionaron las instituciones republicanas y siguió la Constitución de 1931.
En 1936, el presidente Azaña mandó formar gobierno a Largo Caballero, que reinició las reformas políticas y militares:
- Creación de la Guardia Nacional Republicana.
- Incautación de industrias y tierras abandonadas por sus dueños.
- Bajada de los alquileres de las viviendas.
El Partido Comunista (PCE) vio aumentar su protagonismo por diversas causas:
- Disciplina interna.
- Control de los suministros rusos.
- División de las demás fuerzas republicanas.
La CNT y la FAI iniciaron una revolución social espontánea, mediante la expropiación y colectivización de industrias y tierras de cultivo, que llegaron a su culminación en los combates en Barcelona.
En mayo de 1937, el gobierno republicano pasó a estar dirigido por Juan Negrín del PSOE. Se produjo un frenazo en la actuación. Negrín intentó poner en manos del gobierno el control económico y se vio obligado a hacer respetar la propiedad privada.
En 1937 se creó “Cultura del Miliciano”, para organizar clases, conferencias y publicaciones para los combatientes. Se siguieron construyendo escuelas y el gobierno editó la cartilla escolar antifascista. La mayor parte de la intelectualidad europea se solidarizó con la República.