La Restauración Borbónica en España (1874-1923): Sistema y Evolución
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1. Introducción a la Restauración Borbónica
En un sentido amplio, Restauración significa el restablecimiento de un sistema político. En España, este concepto se refiere al retorno al trono de la dinastía borbónica tras el Sexenio Democrático (anteriormente llamado Sexenio Revolucionario). Por tanto, en este periodo se restaura en España:
- La monarquía borbónica.
- El liberalismo moderado, lo que supone la vuelta al poder de la burguesía más conservadora.
La Restauración abarca el periodo comprendido desde el pronunciamiento militar del general Martínez Campos, por el que se proclamó rey a Alfonso XII en diciembre de 1874, hasta el golpe de Estado del general Primo de Rivera en septiembre de 1923, que supone el inicio de su dictadura.
Este periodo se puede dividir en dos etapas:
- Reinado de Alfonso XII (1875-1885): Época de formación y consolidación del sistema de la Restauración.
- Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) y primera etapa del reinado de Alfonso XIII (1902-1923): Época en la que se manifiesta la crisis de este sistema, lo que terminará conduciendo a su desaparición.
2. Factores que hicieron posible la Restauración
Los factores que posibilitaron el retorno de los Borbones fueron:
- Debilidad e incapacidad de la I República para resolver los tres conflictos bélicos que tenía planteados: la Guerra colonial en Cuba; la Guerra Carlista y la Revolución Cantonalista. Esto hizo que el Ejército fuera tomando un protagonismo cada vez mayor, como única fuerza capaz de contener el caos, el desorden y la revolución.
- Pasividad y debilidad de toda oposición social a la Restauración, ya que las clases trabajadoras no vieron cumplidas sus esperanzas de cambio socioeconómico durante la República, por lo que dejaron de apoyarla.
- Grupos sociales favorables al regreso de los Borbones:
- Alta burguesía, que reclamaba estabilidad para sus negocios.
- Grandes terratenientes y plantadores de Cuba, que temían que si seguía la República se pudiera conceder autonomía a la isla.
- Grandes propietarios de tierras, tanto aristócratas como burgueses, que temían una revolución social.
- Altos mandos del Ejército.
- Iglesia católica, que también temía a la revolución social por su carga de laicismo.
3. El Sistema Canovista: Características y Funcionamiento
El sistema de la Restauración fue diseñado por Antonio Cánovas del Castillo, historiador y político de ideología conservadora cuyo objetivo era conseguir la estabilidad en el país para, así, asegurar y conservar los privilegios sociales, económicos y políticos de los grupos poseedores que constituían la oligarquía.
Para conseguir esto, empieza por introducir una serie de cambios:
- Alfonso XII reemplazaría a Isabel II, quien abdicaría en su hijo.
- El Partido Moderado pasa a convertirse en el Partido Conservador, liderado por el propio Cánovas, mientras que el Partido Progresista pasa a convertirse en el Partido Liberal, liderado por Práxedes Mateo Sagasta.
- Estos dos partidos se turnarían pacíficamente en el poder, que disfrutarían de forma exclusiva.
- Debido a este turnismo, cesaría la intervención del Ejército en la política. Cánovas estaba muy interesado en someter el poder militar al poder civil para acabar con la inestabilidad.
El Gobierno Provisional y la Constitución de 1876
En diciembre de 1874 se hizo público el Manifiesto de Sandhurst, para presentar los principios de la nueva monarquía que se quería instaurar. Este manifiesto fue firmado por Alfonso de Borbón, pero en realidad, fue redactado por Cánovas del Castillo.
El 31 de diciembre de 1874 se produjo el pronunciamiento militar del general Martínez Campos, por el que Alfonso XII es proclamado rey y se forma un gobierno provisional presidido por Cánovas.
Este gobierno convoca elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal, pero estas elecciones fueron manipuladas por el gobierno, por lo que Cánovas y sus seguidores obtuvieron una amplia mayoría. Estas Cortes elaboraron la Constitución de 1876, la que ha tenido una vigencia más larga en nuestro país, casi cincuenta años.
Principios Básicos de la Constitución de 1876
Los principios básicos de esta Constitución conservadora son:
- Restablece la doble soberanía compartida por las Cortes y el rey. Esto supone que no hay separación real de poderes, ya que el rey participa del poder legislativo.
- Omite el derecho al sufragio universal, lo que supone la vuelta al sufragio censitario hasta 1890, año en el que, finalmente, se aprobó el sufragio universal masculino.
- Reconoce derechos y libertades individuales, pero en la práctica estos quedaron muy restringidos.
- Reconoce la religión católica como oficial del Estado, que, de esta forma, vuelve a ser confesional, aunque también reconoce la libertad de cultos.
- Fija un sistema bicameral:
- Congreso de los Diputados: elegido por sufragio censitario hasta 1890.
- Senado: cámara compuesta por tres categorías de miembros y controlada por la oligarquía:
- Senadores por derecho propio: Grandes de España, altos mandos militares, altas jerarquías eclesiásticas (arzobispos, cardenales).
- Senadores vitalicios: elegidos por el rey.
- Senadores elegidos por sufragio censitario entre los mayores contribuyentes.
- El rey es la pieza fundamental de este sistema y la Constitución le otorga los siguientes poderes y funciones:
- Elige al presidente del gobierno y participa en el nombramiento de los ministros.
- Decide cuándo debe acabar un gobierno.
- Disuelve y convoca las Cortes.
- Comparte el poder legislativo y tiene derecho de veto.
- Tiene el mando supremo de las Fuerzas Armadas.
Funcionamiento del Sistema de la Restauración: Caciquismo, Encasillado, Turnismo
El sistema se basaba en el turnismo pacífico entre el Partido Conservador y el Partido Liberal, garantizado por el caciquismo (influencia de notables locales para controlar el voto) y el encasillado (acuerdo previo entre los partidos sobre los resultados electorales).
4. El Reinado de Alfonso XII (1875 – 1885)
Antonio Cánovas del Castillo, antiguo miembro de la Unión Liberal, había organizado durante el Sexenio un partido, el Alfonsino, cuyo objetivo era restaurar la monarquía en la persona de Alfonso XII de Borbón (1875-1885). Para ello, consiguió que Isabel II abdicara de su derecho al trono en la persona de su hijo Alfonso y logró atraer a su causa a gran parte del ejército, la burguesía catalana, la aristocracia madrileña y los círculos conservadores españoles y cubanos.
Por último, el 1 de diciembre de 1874, Cánovas redactó e hizo firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst (localidad inglesa donde estudiaba), en el que se afirmaba que la única solución para los problemas de España era el restablecimiento de la monarquía constitucional al estilo tradicional (régimen conservador y católico).
Cánovas intentó que la vuelta a la monarquía fuera el resultado del deseo del pueblo español y no de un nuevo pronunciamiento militar. Sin embargo, y en contra de su parecer, el 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII tras un pronunciamiento en Sagunto. La monarquía borbónica había sido restaurada mediante un golpe militar.
A continuación, se procedió a la formación de un gobierno provisional con Cánovas a la cabeza hasta la llegada del monarca, en enero de 1875.
El objetivo del nuevo gobierno, presidido por Cánovas del Castillo, era conseguir la estabilidad política. Para ello, afrontó la búsqueda de soluciones para los problemas inmediatos:
- Pacificar el país: En 1876 se pone fin a la Tercera Guerra Carlista, aboliendo los fueros vascos, de forma que quedaron sujetos al pago de impuestos y al servicio militar como los demás territorios.
- Acabar con la guerra colonial en Cuba: En 1878 se firmó la Paz de Zanjón, por la que el gobierno se comprometía a abolir, de manera progresiva, la esclavitud y a otorgar una amplia autonomía a Cuba.
- Poner fin a la intervención del ejército en la política y a los pronunciamientos militares como vía de acceso al poder. El ejército quedó subordinado al poder civil y su misión será la defensa de la nación.
- Establecer un sistema político estable que garantizara el orden social, integrando en el régimen monárquico a las dos grandes corrientes del liberalismo, la moderada o doctrinaria y la progresista, con la creación de dos partidos, el Conservador y el Liberal, que se van a alternar o turnar en el poder. La Constitución de 1876 ponía las bases del nuevo sistema.
El reinado de Alfonso XII, interrumpido por su temprana muerte a los 28 años de edad, representa la fase de consolidación del sistema canovista.
El Partido Conservador ejerció el poder hasta 1881, año en el que, con el primer gobierno del Partido Liberal, comenzó a funcionar el turno de partidos.
En 1885, muere Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo, su viuda, asumió la regencia hasta la mayoría de edad del futuro Alfonso XIII, del que estaba embarazada a la muerte de su esposo.
5. La Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885 – 1902)
A la muerte de Alfonso XII, su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo-Lorena asumió la Regencia (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.
Ante el temor de una posible desestabilización del sistema político tras la prematura muerte del rey, Cánovas y Sagasta firmaron el Pacto del Pardo (1885), un acuerdo por el que se comprometían a:
- Apoyar a la regente para garantizar la continuidad de la monarquía.
- Respetar el turno de partidos.
- Conservar las medidas legislativas aprobadas por los respectivos gobiernos.
Durante este periodo, el Partido Liberal gobernó más tiempo que el Conservador. Tras la muerte de Alfonso XII, Cánovas del Castillo dimitió y la Regente nombró presidente a Sagasta; durante los cinco años del llamado Gobierno Largo de Sagasta (1885-1890), los liberales llevaron a cabo una importante labor reformista:
- En 1887 se aprueba la libertad de cátedra, asociación y prensa, suprimiendo la censura.
- Nueva Ley de Asociaciones (1887), que permitía la completa legalización de las actividades de todas las organizaciones obreras y sindicales.
- En 1890 se aprueba el sufragio universal masculino. Este derecho fue concedido más que por presión colectiva de los ciudadanos, por el deseo de cumplir el programa del partido en el gobierno y prolongar el liderazgo de Sagasta. El sufragio universal no supuso una democratización real del sistema debido al fraude electoral. Sin embargo, permitió que los republicanos obtuvieran un puñado de diputados en las ciudades, donde no funcionaba el caciquismo.
En la última década del siglo, se mantuvo el turno pacífico de los partidos. Sagasta y Cánovas se alternaron en el poder hasta 1897, fecha en que Cánovas fue asesinado en un atentado anarquista. Sagasta volvió al poder y tuvo que afrontar el Desastre del 98.
El sistema comenzaba a manifestar síntomas de agotamiento y de mal funcionamiento por parte de los diferentes gobiernos, que no se atrevieron a solucionar los grandes problemas del país:
- Persistencia del analfabetismo.
- Continuación del déficit y del endeudamiento estatal.
- Ausencia de reformas sociales efectivas.
- Mantenimiento del sistema de reclutamiento discriminatorio.
- Ausencia de instituciones políticas democráticas.
En 1902, al llegar a la mayoría de edad, Alfonso XIII fue proclamado rey de España, dando fin a la Regencia de María Cristina de Habsburgo.