La Restauración Borbónica en España (1875-1902): Pilares y Desafíos
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La Restauración Borbónica en España se inició en 1875, tras la proclamación de Alfonso XII como Rey de España. Este acontecimiento marcó el retorno de la dinastía borbónica al país, poniendo fin a la Primera República.
El Artífice del Sistema: Cánovas del Castillo
La figura central de este periodo fue Antonio Cánovas del Castillo. Aunque el retorno monárquico fue anticipado por el pronunciamiento militar de los generales Martínez Campos y Jovellar en 1874, las causas que precipitaron este cambio fueron la pérdida de apoyos del Gobierno de Serrano y el creciente respaldo al regreso de Alfonso XII.
Alfonso XII fue nombrado Rey tras la firma del Manifiesto de Sandhurst, un documento en el que prometía una monarquía constitucional y democrática, además de impulsar avances para la nación.
La Constitución de 1876 y el Bipartidismo
En 1876, el Gobierno aprobó una Constitución inspirada en la ideología de Cánovas. Esta era de carácter doctrinario y conservador, defendiendo una monarquía con soberanía compartida entre las Cortes y el Rey, lo que reflejaba su naturaleza conservadora.
La Constitución garantizaba la alternancia pacífica en el gobierno entre dos partidos principales, con el objetivo de evitar la intervención del ejército en la política. Estos partidos eran:
- Partido Conservador: Liderado por Cánovas del Castillo e integrado por liberales moderados, unionistas y progresistas. Su ideología se basaba en el orden social y la defensa de la Monarquía y la propiedad privada.
- Partido Liberal: Liderado por Práxedes Mateo Sagasta e integrado por progresistas, demócratas y algunos republicanos. Defendían la ampliación de libertades y el sufragio universal masculino, entre otras reformas.
El sistema de "turno pacífico" comenzó tras el gobierno de Cánovas. Durante este periodo, se realizaron reformas administrativas, aunque también se implementaron medidas restrictivas como la censura de prensa y la restricción de la libertad de cátedra. Los numerosos problemas y la presión política llevaron a la cesión del poder al Partido Liberal en 1881.
Consolidación y Desafíos del Sistema
En 1885, tras la muerte de Alfonso XII, su esposa, María Cristina de Habsburgo-Lorena, asumió la regencia en nombre de su hijo Alfonso XIII. Para asegurar la continuidad del sistema, los partidos Conservador y Liberal ratificaron la alternancia mediante el Pacto del Pardo.
Fuerzas Opositoras a la Restauración
A pesar de la estabilidad aparente, el sistema de la Restauración enfrentó la oposición de diversas fuerzas:
- Los movimientos republicanos, que abogaban por un cambio de régimen.
- Los carlistas, que seguían defendiendo una rama alternativa de la monarquía.
- La emergencia de partidos nacionalistas (catalán, vasco, gallego), que se oponían al centralismo del Estado.
El Auge del Movimiento Obrero
Paralelamente, se introdujeron y expandieron en España las ideologías marxistas y anarquistas, lo que llevó a la creación de sindicatos y partidos obreros:
- Anarquismo: Se formaron asociaciones como la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) y, en un contexto de conflictividad social, se asoció a grupos como La Mano Negra.
- Socialismo: Influenciado por el socialismo marxista, se fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Pablo Iglesias, y su brazo sindical, la Unión General de Trabajadores (UGT).
El Fin de una Era: El Desastre del 98
El periodo de la Restauración culminó con una profunda crisis nacional conocida como el Desastre del 98, que supuso la pérdida de las últimas colonias de ultramar (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) y generó un fuerte impacto en la sociedad y la política española.