La Restauración Borbónica en España: Política, Nacionalismos y el Desastre del 98
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La práctica política hasta 1885
Hasta 1881 gobernó el Partido Conservador, dirigido por Cánovas del Castillo. Durante este periodo, se mantuvo y acentuó la política represiva, manifestada en la censura y el cierre de periódicos. Tras el fin de la Tercera Guerra Carlista, se abolieron los fueros vascos.
En mayo de 1880 se fundó el Partido Liberal, bajo el liderazgo de Sagasta. En 1881, Cánovas dimitió y dejó paso al primer gobierno del Partido Liberal, aunque este no se atrevió a llevar más lejos las reformas iniciales.
La regencia de María Cristina y la evolución política hasta 1895
En noviembre de 1885 murió Alfonso XII. Quedó como regente su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo. Entre 1885 y 1890 gobernó el Partido Liberal, periodo en el que Sagasta puso en marcha un programa político bastante más aperturista.
- Se restableció la libertad de cátedra, de expresión y de asociación, facilitando así la expansión del movimiento obrero.
- Se aprobó la nueva ley electoral que estableció, ahora de forma definitiva, el sufragio universal masculino.
En febrero de 1895, el estallido de la insurrección en Cuba puso a prueba el sistema político canovista.
La oposición al sistema y el nacimiento de los nacionalismos periféricos
El republicanismo
El movimiento republicano experimentó un fuerte retroceso. Los republicanos limitaban su actuación a la época de las elecciones y no tenían el respaldo del movimiento obrero.
Nacionalismo y regionalismo
Surgieron movimientos que reivindicaban los derechos históricos catalanes, vascos, valencianos, gallegos y andaluces. El movimiento regionalista fue más fuerte y surgió antes en Cataluña y el País Vasco, fundamentado en:
- Una diferenciación lingüística que cimentó el sentimiento nacional.
- Una burguesía desarrollada en la que arraigó la ideología nacionalista.
El nacionalismo en Cataluña
En Cataluña surgieron figuras como Valentí Almirall o Prat de la Riba. En 1892, los grupos liderados por ambos se fusionaron en la Unió Catalanista, cuyo programa fundacional, las Bases de Manresa, no planteaba la secesión ni una actitud de lucha contra el Estado español, sino una propuesta de sistema federal en el que las regiones obtuvieran un régimen de autogobierno con instituciones propias.
El movimiento vasco
Respecto al movimiento vasco, Sabino Arana fundaba el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Aunque en un principio sus planteamientos fueron muy radicales, poco a poco fue suavizando su postura; renunciaba al separatismo y conectaba con el ideario cristiano para fundamentar una opción nacionalista más bien conservadora.
Guerra colonial y crisis de 1898
Insurrección cubana
En febrero de 1895 se produjo un levantamiento independentista en Cuba, una insurrección de toda la isla contra la metrópoli liderada por Antonio Maceo y José Martí. El Gobierno español fue retrasando la concesión de autonomía, lo que agravó el conflicto.
A la frustración acumulada se unió el respaldo norteamericano a los insurgentes. Los políticos estadounidenses eran partidarios de la independencia cubana, apoyados por las compañías azucareras y la opinión pública. En 1891, la crisis económica llevó al gobierno de Cánovas a aprobar una ley de aranceles que prohibía a los cubanos el libre comercio con EE. UU. La actitud norteamericana se hizo más activa, con apoyo material y propagandístico a los grupos insurgentes.
Fases de la guerra y el desastre militar
La guerra cubana atravesó varias fases:
- Negociación fallida: Inicialmente se aplicó una política de negociación enviando a Martínez Campos, pero este fracasó.
- Extensión del conflicto: En 1896 la situación militar se agravó al sumarse una segunda insurrección colonial, esta vez en Filipinas.
- Guerra de desgaste: El nuevo Gobierno de Cánovas envió entonces al general Weyler, quien recuperó parte del territorio y envió a los insurrectos a las montañas. Dividió el territorio mediante líneas fortificadas y concentró a la población civil en campos de concentración.
Las bajas fueron aumentando, más por las enfermedades que por muertes en el frente, mientras en España comenzaban a levantarse protestas y a romperse el consenso liberal-conservador sobre la cuestión cubana. Finalmente, Sagasta formó gobierno e intentó poner en marcha un nuevo proyecto de autonomía más amplio.