Resúmenes Épicos: Ilíada, Odisea, Mio Cid y el Infierno de Dante
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La Ilíada
La trama se centra en la cólera de Aquiles. Todo comienza cuando Aquiles se enfrenta a Agamenón, el rey aqueo, porque este le arrebata a su esclava Briseida. Por esta razón, Aquiles, ofendido, decide retirarse de la lucha en la guerra de Troya.
Aquiles le pide a su madre, la diosa Tetis, que interceda ante Zeus para que los aqueos sufran derrotas hasta que le devuelvan su honor. Zeus accede, y, tras esto, los troyanos, liderados por Héctor, comienzan a infligir severas pérdidas a los aqueos.
Ante la desesperada situación, Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, le ruega que le permita luchar vistiendo su armadura para infundir temor a los troyanos. Aquiles accede, pero le advierte que no persiga a los troyanos hasta sus murallas. Patroclo desobedece, lucha valientemente en nombre de Aquiles, pero finalmente muere a manos de Héctor. La muerte de Patroclo sume a Aquiles en una profunda tristeza y un deseo irrefrenable de venganza.
Entonces, Aquiles regresa al combate con una nueva armadura forjada por Hefesto. Lleno de furia, busca a Héctor, lo mata en un combate singular y, en un acto de ensañamiento, ata su cuerpo a su carro y lo arrastra alrededor de las murallas de Troya durante varios días. Finalmente, Príamo, rey de Troya y padre de Héctor, acude en secreto al campamento aqueo y suplica a Aquiles la devolución del cadáver de su hijo. Conmovido, Aquiles accede y Príamo puede así dar digna sepultura a Héctor.
La Odisea
Odiseo (también conocido como Ulises) es el astuto rey de Ítaca. Cuando Grecia entra en guerra con Troya, se ve obligado a dejar a su esposa, Penélope, y a su hijo recién nacido, Telémaco, para acudir al largo conflicto.
Tras diez años de guerra y la victoria griega, Odiseo emprende el viaje de regreso a Ítaca. Sin embargo, en su travesía provoca la ira del dios Poseidón al cegar a su hijo, el cíclope Polifemo. Poseidón jura venganza y desata numerosas tormentas y obstáculos que desvían constantemente el rumbo de Odiseo y su tripulación, prolongando su retorno por otros diez años.
La obra narra las fascinantes y peligrosas aventuras que viven Odiseo y sus hombres en su arduo intento por regresar a su hogar. Entre ellas se encuentran encuentros con lotófagos, cíclopes, la hechicera Circe, las sirenas, los monstruos Escila y Caribdis, y su descenso al inframundo.
Mientras tanto, en Ítaca, pasan los años y Odiseo es dado por muerto. Numerosos pretendientes asedian a Penélope, instándola a elegir un nuevo esposo y consumiendo los bienes del palacio. Penélope, fiel a Odiseo, los engaña prometiendo que elegirá esposo cuando termine de tejer un sudario para Laertes, el padre de Odiseo. Sin embargo, lo que teje de día, lo desteje cada noche para ganar tiempo.
Años más tarde, cuando Odiseo finalmente logra llegar a Ítaca, disfrazado de mendigo con la ayuda de la diosa Atenea, encuentra una situación crítica: los arrogantes pretendientes han descubierto el ardid de Penélope y la presionan con mayor insistencia. Para recuperar su reino y su familia, Odiseo, con la ayuda de su ahora joven hijo Telémaco y unos pocos siervos leales, planea y ejecuta una sangrienta venganza contra los pretendientes.
El Cantar de Mio Cid
Este cantar de gesta narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador. La historia se divide tradicionalmente en tres cantares:
Cantar del Destierro
Al inicio del poema, el Cid es injustamente acusado de robo por enemigos cortesanos envidiosos, como el conde García Ordóñez. A pesar de haber servido lealmente al rey Alfonso VI de Castilla, este, influenciado por las calumnias, destierra al Cid. Este deshonor implica la pérdida de sus tierras en Vivar, sus títulos y la patria potestad sobre su familia: su esposa, Doña Jimena, y sus hijas, Doña Elvira y Doña Sol, quienes deben refugiarse en el monasterio de San Pedro de Cardeña.
El Cid parte al exilio con un pequeño grupo de fieles vasallos. A pesar de la prohibición real, consigue recursos y comienza a luchar contra los musulmanes en tierras de la frontera, ganando batallas, riquezas y renombre. Siempre envía parte del botín al rey Alfonso VI como muestra de su lealtad inquebrantable.
Cantar de las Bodas
Gracias a sus continuas victorias, especialmente la conquista de Valencia, la fama y el poder del Cid crecen enormemente. El rey Alfonso VI, impresionado y necesitado de su ayuda, perdona al Cid y le permite reunirse con su familia en Valencia. Además, el rey propone y arregla las bodas de las hijas del Cid con los Infantes de Carrión, nobles leoneses de alta alcurnia, Diego y Fernando González. El Cid, aunque desconfía de ellos, accede por obediencia al rey. Las bodas se celebran con gran pompa en Valencia.
Cantar de la Afrenta de Corpes
Los Infantes de Carrión demuestran pronto su cobardía y codicia. Sintiéndose humillados en la corte del Cid, deciden vengarse en sus esposas. En un viaje hacia Carrión, en el robledal de Corpes, azotan cruelmente a Doña Elvira y Doña Sol y las abandonan dándolas por muertas. El Cid, al enterarse de esta terrible afrenta, pide justicia al rey. Se convocan cortes en Toledo donde el Cid desafía y vence en duelo a los Infantes y a sus cómplices, recuperando su honor y los bienes entregados como dote. Las hijas del Cid son posteriormente casadas con los infantes de Navarra y Aragón, emparentando así con la realeza. El Cid muere como un héroe, señor de Valencia, con su honor restaurado y su linaje enaltecido.
El Infierno de Dante (Primera parte de La Divina Comedia)
En esta obra maestra, Dante Alighieri narra su descenso a través de los nueve círculos del Infierno, guiado por el poeta romano Virgilio. Cada círculo castiga un tipo específico de pecado, con penas que se agravan a medida que se desciende.
Anteinfierno y Río Aqueronte
Antes de entrar propiamente al Infierno se encuentra el Anteinfierno, donde residen los indecisos o neutrales, aquellos que en vida no tomaron partido ni por el bien ni por el mal. Luego, deben cruzar el río Aqueronte, transportados por el barquero Caronte.
Círculo 1: Limbo
Aquí se encuentran las almas de los no bautizados y los “paganos virtuosos” (filósofos, poetas, héroes de la antigüedad) que vivieron antes de Cristo o sin conocer su mensaje. No sufren tormentos físicos, pero sí la pena de vivir sin la esperanza de ver a Dios.
Círculo 2: Lujuriosos
Custodiado por Minos, quien juzga a las almas. Los lujuriosos, aquellos que se dejaron arrastrar por los placeres carnales, son azotados por un viento incesante que los arrastra sin descanso, simbolizando la pasión que los dominó en vida.
Círculo 3: Glotones
Vigilado por el can Cerbero. Aquí son torturados los que cometieron el pecado de la gula. Yacen en un fango gélido y maloliente bajo una lluvia incesante y granizo, mientras Cerbero los desgarra con sus fauces.
Círculo 4: Avaros y Pródigos
Custodiado por Pluto. Los avaros (que acumularon bienes desmedidamente) y los pródigos (que los derrocharon) están condenados a empujar enormes pesos en direcciones opuestas, chocando entre sí y reprochándose mutuamente su pecado.
Círculo 5: Iracundos y Perezosos
Se encuentran en la laguna Estigia. Los iracundos, consumidos por la cólera, se golpean y hieren mutuamente en la superficie fangosa. Los perezosos o acidiosos están sumergidos bajo el lodo, suspirando y formando burbujas, por su pasividad en vida.
Círculo 6: Herejes
Dentro de las murallas de la ciudad de Dite. Aquí yacen los herejes, aquellos que negaron la inmortalidad del alma o contradijeron los dogmas de la fe. Son castigados en sepulcros ardientes.
Círculo 7: Violentos
Custodiado por el Minotauro y dividido en tres giros o anillos, según el objeto de su violencia:
- Primer giro: Violentos contra el prójimo (homicidas, tiranos, bandidos). Sumergidos en el Flegetonte, un río de sangre hirviente, custodiados por centauros.
- Segundo giro: Violentos contra sí mismos (suicidas) y contra sus bienes (dilapidadores). Los suicidas son transformados en árboles nudosos y espinosos, picoteados por arpías. Los dilapidadores son perseguidos y destrozados por jaurías de perras hambrientas.
- Tercer giro: Violentos contra Dios (blasfemos), contra la naturaleza (sodomitas) y contra el arte/trabajo (usureros). Sufren en un desierto de arena ardiente bajo una lluvia de fuego.
Círculo 8: Fraudulentos (Malebolge)
Conocido como Malebolge ("malas fosas"), es un vasto abismo dividido en diez fosas concéntricas donde se castigan diferentes tipos de fraude. Entre los pecadores se encuentran: rufianes y seductores, aduladores, simoníacos, adivinos, barateros (corruptos), hipócritas, ladrones, malos consejeros, sembradores de discordia y falsificadores. Cada fosa tiene un castigo específico y terrible.
Círculo 9: Traidores (Cocito)
El círculo más profundo y terrible del Infierno, un lago helado llamado Cocito. Aquí yacen los traidores, considerados por Dante el peor de los pecados. Se divide en cuatro zonas, según a quién traicionaron:
- Caína: Traidores a sus parientes.
- Antenora: Traidores a la patria o partido.
- Tolomea: Traidores a sus huéspedes.
- Judeca: Traidores a sus benefactores.
En el centro mismo del Cocito, hundido hasta el pecho en el hielo, se encuentra Lucifer (Satán o Dis), un monstruo de tres caras. Con cada una de sus bocas mastica eternamente a los tres mayores traidores de la historia según Dante: Judas Iscariote (traidor a Jesús, su benefactor divino), y Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino (traidores a Julio César, benefactor imperial).