La Revolución Científica: Orígenes y Transformaciones del Pensamiento Moderno
Clasificado en Filosofía y ética
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Un Marco Histórico de Cambios
El Renacimiento marca el inicio de un periodo de profundos cambios, caracterizado por una vuelta crítica a la ciencia y al pensamiento clásico. Las aportaciones intelectuales y prácticas de esta época tuvieron un desarrollo lento, en gran parte debido al monopolio eclesiástico sobre el conocimiento.
Durante los siglos XV y XVI, se sentaron las bases de transformaciones culturales fundamentales, que incluyen:
- La eclosión del arte y el pensamiento en Italia, con un Quattrocento activo y un Cinquecento sin parangón en la historia.
- La formación de una nueva clase social basada en el comercio y las finanzas.
- El inicio de las grandes exploraciones marítimas.
- La invención de la imprenta de tipos móviles.
- Los intentos del trabajo científico por independizarse de la magia y la superstición.
- Avances mecánicos significativos en construcción, instrumentos de guerra, navegación y observación celeste.
- El impulso de la teoría política y la creación del derecho de gentes.
- La Reforma Protestante, que desafió el dominio de Roma y trastocó las relaciones intereuropeas, liderada por figuras como Lutero y Calvino.
A pesar de estos avances, la ciencia de la época seguía teniendo como base principal el conocimiento europeo, marginando las importantes contribuciones de civilizaciones como China, India y el mundo musulmán. Es relevante mencionar que China ya había importado inventos cruciales como la pólvora, la aguja magnética y la imprenta xilográfica, aunque su uso y desarrollo variaron significativamente debido a los distintos ambientes sociológicos entre las regiones.
El periodo conocido como el “milenio de la oscuridad” se considera delimitado por la destrucción de la biblioteca de Alejandría (415 d.C.) y el prodigioso año 1543, en que se publican las obras cumbre de Nicolás Copérnico (De revolutionibus orbium coelestium) y del médico Andreas Vesalio (De humani corporis fabrica). Esta etapa también vio la aparición de nuevos perfiles rupturistas, como el mecánico o ingeniero y el filósofo natural (físico), quienes desafiaron los prototipos establecidos.
El Espíritu Científico Moderno Arranca en el Siglo XVI
La ciencia emergente del siglo XVI tuvo que enfrentarse a dos grandes adversarios. En primer lugar, el conocimiento mágico, místico y alquímico, profundamente arraigado en la sociedad. En segundo lugar, el dogmatismo de la Iglesia, que supeditaba el saber a la teología y ejercía un control político considerable en Italia y Europa, a menudo en medio de numerosos escándalos que involucraban a príncipes y papas.
El enfrentamiento entre la ciencia y la Iglesia alcanzó su mayor dramatismo durante la revolución astronómica. Esta revolución fue iniciada por Nicolás Copérnico, quien, tras una vida dedicada a la observación de los astros, rompió con la astronomía geocéntrica de Ptolomeo, que era apoyada por la Iglesia. Fue en su lecho de muerte cuando recibió el primer ejemplar de su obra, que establecía que la Tierra no era el centro del universo, sino que giraba en torno al Sol, al igual que otros cinco planetas conocidos entonces.
La difusión de esta teoría generó una intensa polémica. La afirmación de ideas heterodoxas por parte de Giordano Bruno le llevó a la hoguera en un episodio monstruoso de la Inquisición. Mientras tanto, otros astrónomos, como Tycho Brahe y Johannes Kepler, representaron el esfuerzo de la nueva ciencia por reinterpretar el universo.
Figuras Clave en la Revolución Astronómica
- Tycho Brahe: Dedicó su vida a la observación meticulosa del movimiento de los astros. Negó la existencia de esferas cristalinas conteniendo a los planetas, así como la incorruptibilidad de los cielos, aunque no asumió completamente la teoría copernicana.
- Johannes Kepler: Sucedió a Brahe en su observatorio y se empeñó en descifrar matemáticamente las trayectorias astrales. De sus investigaciones proceden sus tres leyes del movimiento planetario, que acabaron con la idea de la circularidad perfecta de las órbitas. Su trabajo concibió el universo como un reloj mecánicamente perfecto.
Estos esfuerzos pioneros en astronomía, física, anatomía, botánica y fisiología se sitúan en el umbral de la Revolución Científico-Técnica. La matematización de la ciencia, el cuestionamiento del sentido común y el saber tradicional fueron definiendo una nueva situación y una nueva sociedad, que finalmente sepultaría el oscurantismo.