Revolución Francesa: Auge y Caída de la Libertad de Prensa (1789-1799)
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El auge de los panfletos y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano
A partir del auge de 1780, se crean numerosos panfletos sin autorización previa. La primera reacción es la represión, pero la libertad de prensa ya había calado en la opinión pública, hundiéndose el sistema de regulación de prensa. En la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano se establece la libertad de prensa, corroborado por la “libertad de empresa y profesión”. No se llegó a promulgar ninguna Ley de Prensa específica. En la práctica, la libertad se acota para imponer censura.
Tipos de publicaciones durante la Revolución
Nacen publicaciones de todo tipo, de vida breve, sujetas a las ideologías políticas y de pequeña tirada. Se distinguen tres bloques:
- Prensa diaria de información: se dedican a narrar lo que pasa. Se fundaron muchos periódicos, pero no resistieron a las tormentas revolucionarias.
- Hojas revolucionarias: centradas en temas políticos, con elementos aglutinadores, redactadas por un solo hombre y distribuidas en mano o pegadas en muros. Las hojas revolucionarias moderadas son las más importantes porque representan al grupo político que domina la Cámara. Las hay de extrema derecha, que fomentan el interés, y de corte más popular.
- Prensa de extrema derecha: sus órganos de expresión son igual de violentos que los anteriores.
La radicalización de la Revolución y la Ley de Suspensión de Escritos (1793)
Entre 1792 y 1794, la Revolución se radicaliza y sus efectos se notan en el periodismo. La Convención Girondina suspende la prensa realista. Solo se salvan las publicaciones republicanas. Las divergencias políticas se traducen en girondinos y jacobinos. En 1793, los jacobinos, apoyados por los sans-culottes, dan un golpe de Estado y aprueban una nueva Constitución. Robespierre había apoyado la libertad de prensa en sus discursos. Sin embargo, en 1793 se aprueba una Ley de Suspensión de Escritos, donde los autores podían ser condenados a muerte por un Tribunal Revolucionario y sus obras quemadas. Murieron muchos periodistas para eliminar a la oposición.
Propaganda y control de la información durante el Terror
Para defender sus ideas, el Consejo de Salud Pública creó sus propias hojas: Le Journal de la République y Le Journal des Hommes Libres. Incluso se editaron periódicos para el frente con el objetivo de mantener entusiasmados a los soldados. Se concedieron subvenciones a diarios de información, pero no se pudo contener la aparición de panfletos.
Los “rabiosos”, encabezados por Hébert, reclamaron una revolución social, política y económica. Los moderados también atacaron la dictadura de Robespierre. A partir de este periodo y desde la primera Convención, se aplicaban nuevos sistemas de propaganda, como la creación de Ministerios de Propaganda para liquidar la contrarrevolución.
El Directorio y la prensa (1795-1799)
La división de los jacobinos, de determinados sectores y la decepción de los sans-culottes provocan la caída de la Convención. Se produjo otro giro a la derecha, con los girondinos. Se creó el Directorio, que encontró dificultades en la Convención Termidoriana y da lugar a un enfrentamiento entre el poder político y la prensa. Se mantuvo la Ley de Suspensión de Escritos y la pena de muerte se sustituyó por destierro. La Constitución de 1795 establece la libertad de prensa, pero permite establecer una ley restrictiva si las circunstancias lo hacían necesario, aunque fueran provisionales. La práctica fue diferente: se cerraron periódicos y se suspendieron otros.
El Directorio creó su propia prensa oficial y una prensa oficiosa a través de subvenciones, y se abrió un Bureau Politique, formado por periodistas que enviaban comunicados desde la óptica gubernamental. Se potenció la prensa departamental para eliminar la influencia de París.
Con todo, la actividad de los periódicos fue intensa, mencionando Le Tribun du Peuple, el primer periódico considerado comunista, que duró hasta 1797, cuando su fundador fue ejecutado.
El ascenso de Napoleón y el fin de la libertad de prensa
Desde 1795/97, la prensa había sido libre hasta el golpe de Estado del 18 de Brumario. El nuevo régimen elimina esa libertad. Al principio se da una imagen moderada, pero después el Consulado aflora. La Constitución de 1799 no mantiene la Declaración de Derechos. Se emiten solo 13 periódicos en París y la depuración se extiende a todos los departamentos. El control se afianza indefinidamente.
Napoleón conoce muy bien la importancia de la prensa y organiza una especie de gabinete de prensa. El control sobre la información se hace cada vez más pesado, aunque se imponga de forma progresiva. Las publicaciones de la oposición desaparecen mientras se potencian las demás. Le Moniteur pasa a formar parte de la propaganda napoleónica, aunque sigue siendo de propiedad privada, pero consigue poder publicar actos y comunicados oficiales. Napoleón se convierte en una especie de jefe de la prensa, pero procura dar una apariencia de libertad.
Innovaciones periodísticas durante el Imperio Napoleónico
Le Journal de l'Empire no tiene tanto efecto y Le Journal de Paris reestructura la prensa diaria en Francia. Durante el Imperio Napoleónico se producen novedades en técnicas periodísticas, como las novedades de presentación, agrandamiento de tamaño, las novedades de contenido, la presencia habitual de los folletines y la publicación de las sentencias judiciales.
La prensa en los territorios anexionados
En los territorios anexionados al Imperio también interviene la prensa con el fin de controlar la opinión pública. Napoleón ordena en España compartir panfletos fieles a la causa.