La Revolución Gloriosa de 1868 y el Inicio del Sexenio Democrático en España

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El Final del Reinado de Isabel II y la Revolución de 1868

La última etapa del reinado de Isabel II se caracterizó por unos gobiernos muy autoritarios, lo que le acarreó numerosos enemigos. Esta oposición se puso de manifiesto con la firma del Pacto de Ostende (Bélgica) en 1866, en el que progresistas y demócratas denunciaron la situación del país y acordaron un levantamiento para derrocar a la reina.

En 1868 estalló la revolución, conocida como La Gloriosa. Esta comenzó en Cádiz, protagonizada por los militares Dulce, Topete, Serrano y Prim, y pronto se extendió por toda Andalucía gracias al apoyo popular.

En septiembre de 1868, el jefe del gobierno, González Bravo, dimitió y la reina nombró a un nuevo presidente, Gutiérrez de la Concha.

Los generales sublevados consiguieron derrotar a las tropas de la reina en la Batalla del Puente de Alcolea (Córdoba). A raíz de esta victoria, Gutiérrez de la Concha se exilió a Francia, e Isabel II hizo lo mismo.

El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869

Tras el triunfo de La Gloriosa, el poder pasó a manos de una Junta Revolucionaria en Madrid, dirigida por el general Serrano. Esta junta llevó a cabo diferentes acciones:

  • Se disolvieron las juntas locales creadas durante la revolución.
  • Se publicó un decreto en el que se declaraba la libertad de culto.
  • Se suprimió a los jesuitas.
  • Se restablecieron las desamortizaciones eclesiásticas.

Se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Las Cortes elegidas se encargaron de elaborar la Constitución de 1869, considerada la primera constitución democrática española. En ella se reconocía:

  • La soberanía nacional.
  • El sufragio universal masculino.
  • La existencia de unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado elegidos por sufragio universal).
  • La división de poderes.
  • Una amplia declaración de derechos, como la libertad religiosa, de reunión, de asociación, la inviolabilidad del domicilio, etc.

En la Constitución de 1869 se declaraba a España como una monarquía constitucional, por lo que era necesario buscar un nuevo rey, tarea que se le encargó al general Prim. Mientras tanto, el gobierno provisional tuvo que hacer frente a levantamientos populares y republicanos, a la Guerra de Independencia cubana, entre otros problemas.

El Reinado de Amadeo I y la Proclamación de la República

En 1870, las Cortes nombraron a Amadeo de Saboya como nuevo rey. Sin embargo, al llegar a España, se encontró con la oposición de republicanos, carlistas, alfonsinos y gran parte del pueblo. Tan solo encontró el apoyo de los constitucionalistas y radicales.

Ante la falta de apoyos y la inestabilidad política, Amadeo I abdicó en febrero de 1873. Ese mismo día, las Cortes proclamaron la Primera República Española.

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