Revolución del Pensamiento Kantiano: Giro Copernicano y Contrato Social
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Giro Copernicano de Kant: Un Cambio de Paradigma Filosófico
Metáfora con la que se alude al cambio radical de perspectiva que supone, respecto a la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al que él mismo alude en el Prefacio de la segunda edición de la Crítica de la razón pura. El «giro» —término que proviene de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador— que Kant es consciente de llevar a cabo es similar al que realizó Copérnico, quien supuso que era el espectador el que giraba en lugar de las estrellas.
El giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que la filosofía, para entrar en el camino seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: Si este, para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador quien giraba, de manera parecida Kant cree que solo podemos tener un verdadero conocimiento de las cosas —un conocimiento universal y necesario— si el objeto depende del pensamiento para ser conocido, y no a la inversa. Este es el supuesto del que parte la filosofía trascendental de Kant.
La expresión «revolución copernicana» de Kant —para significar este giro kantiano— es menos afortunada. Sin embargo, ha sido y es un tópico en la literatura filosófica referirse a la filosofía trascendental de Kant como una verdadera revolución copernicana del pensamiento llevada a cabo por Kant, e incluso a que esta es una expresión usada por él mismo.
Kant hace referencia a este término en la Dialéctica Trascendental, donde critica a la Metafísica como ciencia. Para Kant, la Ilusión Trascendental es el error en que cae la Metafísica al no basarse en los juicios sintéticos a priori (claros, distintos y universales), lo que la hace llegar a principios racionales contrapuestos entre sí y concluir en razonamientos erróneos acerca de la forma de adquirir el conocimiento.
Esta ilusión se produce porque la Metafísica desea alcanzar principios supremos que no tengan que ser comprobados en la experiencia (Ideas Trascendentales: Alma, Dios, Mundo), por lo que no solo se guía por las formas puras de la razón, sin atender a las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo), ni a las categorías del entendimiento. Es decir, la Metafísica se extralimita, por eso cae en paralogismos (argumentos circulares) y antinomias (argumentos contradictorios entre sí).
Para evitar este error, Kant propone que la Metafísica debe buscar el conocimiento fijándose en el fenómeno (lo dado), y no en el noúmeno (lo no dado), así no admitirá lo que no se pueda comprobar en la experiencia, ni concluirá en principios incorrectos.
El Contrato Social en Kant: Entre Hobbes y Rousseau
El contrato social permite a los individuos salir del estado de naturaleza para entrar en el estado civil. No es un hecho histórico, sino una hipótesis que nos indica cómo debe ser administrado el Estado. El contrato social implica la sumisión absoluta de los individuos a una autoridad, lo cual acerca el pensamiento kantiano a Hobbes; pero, al mismo tiempo, supone que el individuo es colegislador, es decir, que ninguna ley puede ser aprobada sin su consentimiento y que, por tanto, el gobernante tiene que dictar las leyes como si emanasen de la voluntad general, lo cual aproxima el pensamiento de Kant a Rousseau.
El contrato social por el que los hombres abandonan el estado de naturaleza implica en Kant, por un lado, el respeto a la libertad del individuo —pues este es un derecho natural tanto en Kant como en Rousseau— y, por otro lado, la sumisión a la autoridad del soberano encargado de hacer cumplir las leyes, pues sin este sometimiento a la autoridad el Estado se desintegraría. Kant coincide en esto con Hobbes, pues según ambos la naturaleza del hombre es radicalmente mala y necesita de un poder coactivo absoluto para el cumplimiento de la ley.