Revolución Rusa: Antecedentes y la Caída del Zarismo en Febrero de 1917

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Antecedentes de la Revolución Rusa

Un gigante con pies de barro: El Imperio Ruso era, a comienzos del siglo XX, una gran potencia mundial, pero tenía un retraso económico y social que la mantenía muy alejada de las naciones más modernas. A pesar del gobierno autocrático del zar Nicolás II, habían surgido grupos políticos que reclamaban cambios profundos y el fin del absolutismo. El detonante de esta situación fue la guerra entre Rusia y Japón a causa de disputas territoriales. En enero de 1905, una manifestación pacífica de obreros se dirigió al palacio imperial para presentar al zar una súplica en busca de protección y justicia, la mejora de las condiciones laborales y la igualdad y libertad para todos. Las huelgas, los motines y las sublevaciones se extendieron por toda Rusia y se crearon los primeros sóviets o consejos de representantes de obreros. Para sofocar las protestas, el zar aceptó realizar una serie de reformas (instauración de la Duma y mejoras laborales y sociales) que poco después anuló. De esta forma, la oposición comprendió que solo la eliminación del zarismo podría cambiar la situación del país.

La Revolución de Febrero de 1917

En 1914 Rusia entró en la Primera Guerra Mundial junto a Francia y Reino Unido. A medida que la guerra se prolongaba, el malestar se propagaba entre la población rusa y el prestigio del zar y de su régimen se venían abajo. Se acusaba al zarismo y a Nicolás II de ser los responsables de los desastres. En febrero de 1917, se produjeron en la capital manifestaciones espontáneas de protesta. Ante esta situación, el presidente de la Duma pidió al zar el nombramiento de un nuevo gobierno. En poco tiempo, la ciudad entera quedó en manos de los sublevados y el gobierno acabó dimitiendo. Tras esto, se crearon dos poderes en Rusia: el de la Duma y el del recién creado Soviet de Petrogrado, que en marzo llegaron a un acuerdo para formar un gobierno provisional. En ese momento, Nicolás II abdicó dando por finalizado el zarismo en Rusia.

A la desaparición del zarismo siguió una serie de gobiernos de corta duración (gobiernos provisionales). Las primeras decisiones del gobierno fueron continuar en la guerra y llevar a cabo una serie de medidas democratizadoras. Pero los grandes problemas quedaron aplazados. Los más importantes eran las mejoras sociales para los trabajadores, el reparto de la tierra entre el campesinado y, sobre todo, la paz, ansiada por la mayoría del pueblo. Sin embargo, los gobiernos sucesivos mantuvieron a Rusia en la guerra. Además de esto, el ejército empezó a descomponerse.

Durante este período, los sóviets se implantaron por todo el país y se convirtieron en un segundo poder. Las manifestaciones de protesta volvieron a las calles. Finalmente, Kerensky formó un gobierno con la mayoría de los mencheviques. A pesar de esto, los bolcheviques seguían en contra de estos gobiernos y de la situación de guerra.

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