Revolución del Transporte en la Inglaterra del Siglo XIX
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Transportes en la Inglaterra del Siglo XIX
En Inglaterra se construyeron carreteras, canales de navegación y el ferrocarril. En todos los casos, fueron empresas privadas las que llevaron a cabo estos desarrollos. Estas infraestructuras exigían grandes inversiones, y los beneficios que requerían esas inversiones recaían sobre toda la sociedad, por lo que era muy difícil recuperar el capital invertido y obtener rentabilidad. De ahí que, en la mayoría de los países, el Estado sea el que construya esas infraestructuras o, al menos, colabore en su desarrollo. Sin embargo, en el caso de Inglaterra, la iniciativa fue privada. Fueron empresas colectivas las que empezaron a construir carreteras de peaje. También fueron empresarios individuales y empresas colectivas las que construyeron canales de navegación. Esos canales conectaban normalmente las minas de carbón con las ciudades; de ahí que, muchas veces, los propietarios de las minas fueran los que construyesen esos canales. Por lo tanto, Inglaterra contaba con energía barata y abundante, lo que posibilitó el crecimiento de las ciudades.
Inglaterra fue pionera en la creación del ferrocarril. Se inició en 1820 y se expandió muy rápidamente. A mediados de 1850, la mayor parte de la red inglesa estaba construida.
Los constructores del ferrocarril
¿Quiénes fueron los constructores del ferrocarril? También fueron empresas privadas. Primero, sociedades colectivas y, a partir de 1844, sociedades anónimas, fecha en la que por fin se liberalizaron las sociedades por acciones. Inglaterra fue pionera en la construcción de ferrocarriles: sus técnicos, ingenieros y empresas fueron los primeros que afrontaron la construcción, y de ahí que, cuando en otros países se empezó a construir el ferrocarril, se contratara a técnicos e ingenieros ingleses y se utilizaran empresas inglesas.
Impacto económico de los transportes
Los transportes tienen una serie de efectos de gran importancia sobre la economía. A esos efectos se les llama eslabonamientos o linkages. Existen eslabonamientos hacia delante y eslabonamientos hacia atrás. Los eslabonamientos hacia delante son las consecuencias que se producen una vez construida la infraestructura. Los eslabonamientos hacia atrás son los efectos que se producen mientras se está construyendo la infraestructura. La demanda de raíles para el ferrocarril impulsó el crecimiento de la industria siderúrgica. La demanda de carbón impulsó la industria minera. Los vagones impulsaron la industria de construcción de maquinaria y de madera.
Los eslabonamientos pueden ser positivos o negativos. Son positivos cuando potencian la industria del país y negativos cuando los materiales se importan. En el caso de Inglaterra, los eslabonamientos fueron positivos porque se utilizaron materiales nacionales; es decir, se desarrolló la industria del país.
El caso de España
El caso contrario lo tenemos en España, donde se importaba de Francia e Inglaterra y, a cambio, se tenían que pagar aranceles. De ahí que la siderurgia española no evolucionase.