La Revolución Verde: Impacto Agrícola, Nutricional y Socioeconómico Global
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La Revolución Verde: Un Hito en la Agricultura Global
La Revolución Verde es la denominación usada internacionalmente para describir el importante incremento de la productividad agrícola y, por tanto, de alimentos, entre 1960 y 1980 en Estados Unidos, extendiéndose después por numerosos países.[1] Consistió en la adopción de una serie de prácticas y tecnologías, entre las que se incluyen:
- La siembra de variedades de cereal (trigo, maíz y arroz, principalmente) más resistentes a los climas extremos y a las plagas.
- Nuevos métodos de cultivo, incluyendo la mecanización.
- El uso de fertilizantes, plaguicidas y riego por irrigación.
Estas innovaciones posibilitaron alcanzar altos rendimientos productivos.
Origen y Motivación
Fue iniciada por el ingeniero agrónomo estadounidense Norman Borlaug con ayuda de organizaciones agrícolas internacionales. Durante años, Borlaug se dedicó a realizar cruces selectivos de variedades de trigo, maíz y arroz en países en vías de desarrollo, hasta obtener las más productivas. La motivación principal de Borlaug fue la baja producción agrícola con los métodos tradicionales, en contraste con las perspectivas optimistas de la Revolución Verde respecto a la erradicación del hambre y la desnutrición en los países subdesarrollados.[2]
La Revolución Verde afectó, en distintos momentos, a todos los países y puede decirse que ha cambiado casi totalmente el proceso de producción y venta de los productos agrícolas a nivel mundial.
Impacto Nutricional y Consecuencias
Si bien la Revolución Verde obtuvo un gran éxito en el aumento de la producción, no se le dio suficiente relevancia a la calidad nutricional. Esto resultó en la expansión de variedades de cereales con proteínas de baja calidad y alto contenido en hidratos de carbono.[3]
Estos cultivos de cereales de alto rendimiento, ampliamente extendidos y predominantes en la actualidad en todo el mundo, presentan deficiencias en aminoácidos esenciales y un contenido desequilibrado de ácidos grasos esenciales, vitaminas, minerales y otros factores de calidad nutricional.[3]
La expansión de estos cereales altos en calorías consiguió evitar la inanición de gran parte del mundo durante varias décadas. Sin embargo, el empobrecimiento nutricional que han sufrido las dietas basadas en ellos ha agravado el problema de la desnutrición y la creciente incidencia de ciertas enfermedades crónicas en personas aparentemente bien alimentadas (las denominadas "enfermedades de la civilización").[3]
No solo las dietas humanas se han resentido de forma directa a través del consumo de estos cereales, sino también por el empobrecimiento de la calidad de los productos de origen animal (derivados de animales alimentados con estos cereales).[3]
Origen del Término "Revolución Verde"
El término "Revolución Verde" fue utilizado por primera vez en 1968 por el ex director de USAID, William Gaud. Él destacó la difusión de las nuevas tecnologías y afirmó: «estos y otros desarrollos en el campo de la agricultura contienen los ingredientes de una nueva revolución. No es una violenta revolución roja como la de los soviéticos, ni es una revolución blanca como la del Sha de Irán. Yo la llamo la revolución verde».
Implicaciones Socioeconómicas
La Revolución Verde benefició en su mayoría a las grandes explotaciones agrícolas, que contaban con los recursos y la capacidad para adquirir las nuevas tecnologías. Esto contrastó con la situación de las pequeñas propiedades, que a menudo carecían de los medios para adoptar estas innovaciones.[4]