Las Revoluciones de 1848: Eclosión de Naciones y Cambios Políticos en Europa

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Las Revoluciones de 1848: Causas y Consecuencias en Europa

Contexto y Razones del Nuevo Periodo Revolucionario

El año 1848 marcó un punto de inflexión en Europa, impulsado por diversas tensiones acumuladas:

  • Condiciones socioeconómicas: Los obreros se vieron gravemente perjudicados por las condiciones laborales y de vida impuestas por el desarrollo del capitalismo industrial.
  • Crisis de subsistencia: Epidemias y enfermedades, como la plaga de la patata, destruyeron cosechas, afectando profundamente a la población y exacerbando el malestar social.
  • Demandas políticas: Surgieron agitaciones políticas debido a la falta de flexibilidad de los regímenes existentes y la ausencia de acceso a una plena ciudadanía. En resumen, se exigían derechos y libertades cívicas fundamentales.

París: Epicentro de la Revolución y la Segunda República Francesa

París se consolidó como la capital de la revolución de 1848. Las jornadas revolucionarias de febrero llevaron a la abdicación del rey Luis Felipe I y a la proclamación de la Segunda República el 24 de febrero. Este gobierno provisional, inicialmente con una fuerte impronta social y apoyado por diversos sectores populares, implementó medidas progresistas significativas:

  • Proclamación del derecho al trabajo, que llevó a la creación de los Talleres Nacionales para emplear a los parados.
  • Establecimiento de una comisión de gobierno para los trabajadores (Comisión de Luxemburgo) para estudiar reformas laborales.
  • Abolición de la pena de muerte por delitos políticos.
  • Abolición definitiva de la esclavitud en las colonias francesas.
  • Instauración del sufragio universal masculino.
  • Reducción de la jornada laboral (por ejemplo, a 10 horas en París, aunque su aplicación fue compleja).

Sin embargo, las tensiones internas entre los republicanos moderados y los socialistas, junto con la reacción conservadora, llevaron a la represión de los movimientos obreros (Jornadas de Junio). Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón I, fue elegido presidente en diciembre de 1848. Aprovechando la inestabilidad y el deseo de orden, dio un golpe de Estado el 2 de diciembre de 1851, disolviendo la Asamblea Nacional.

El Segundo Imperio Francés (1852-1870)

Un año después de su golpe, el 2 de diciembre de 1852, Luis Napoleón Bonaparte se proclamó Emperador Napoleón III, dando inicio al Segundo Imperio Francés. Este régimen se prolongó hasta su derrota frente a Prusia en la guerra franco-prusiana de 1870. El Segundo Imperio se caracterizó por:

  • Una primera etapa marcadamente autoritaria, con control de la prensa y represión de la oposición. El ascenso de Luis Napoleón fue posible en un contexto donde diversos sectores, incluyendo fracciones de la burguesía y el campesinado, anhelaban orden tras la agitación revolucionaria de 1848, donde las divisiones entre clases (como la burguesía, la pequeña burguesía, los estudiantes y los obreros) se hicieron patentes.
  • Un importante crecimiento económico, modernización de infraestructuras (como la renovación de París por Haussmann) y desarrollo industrial.
  • Una política exterior activa y expansionista.
  • Una evolución hacia un "Imperio Liberal" en su última década (1860-1870), con una progresiva renovación constitucional que incluyó ciertas medidas liberalizadoras:
    • Ampliación del derecho de huelga (1864).
    • Mayor libertad de prensa y de reunión (leyes de 1868).
    • Fortalecimiento de los poderes del Parlamento.

Alemania: Nacionalismo, Liberalismo y el Intento de Unificación en Berlín

La Revolución Francesa de 1789 y las posteriores oleadas revolucionarias despertaron movimientos nacionales y liberales en los estados alemanes, que se tradujeron en revueltas en 1848.

  • Se convocó una Asamblea Nacional en Frankfurt con el objetivo de lograr la unidad alemana y redactar una constitución.
  • En la asamblea se debatió intensamente sobre el modelo de unificación:
    • La "Gran Alemania" (Großdeutschland), que integraría al conjunto de pueblos de habla germánica, incluyendo Austria.
    • La "Pequeña Alemania" (Kleindeutschland), centrada en Prusia (Berlín) y orientada hacia el este, excluyendo a Austria.
    Triunfó la segunda postura.
  • Este proyecto de unificación chocó con las fuerzas dinásticas, especialmente con Federico Guillermo IV de Prusia. La casa real prusiana se negó a aceptar una corona ofrecida bajo principios revolucionarios y liberales emanados de una asamblea popular.
  • Finalmente, el monarca prusiano rechazó la corona, la asamblea fue disuelta y la constitución propuesta fue abolida, frustrando este primer intento de unificación democrática.

El Imperio de los Habsburgo y las Revoluciones en Centroeuropa (1848)

En 1848, la ola revolucionaria también alcanzó el vasto y multiétnico Imperio Austriaco de los Habsburgo:

  • La revolución en Viena (marzo) provocó la caída y el exilio del conservador canciller Klemens von Metternich, símbolo del Antiguo Régimen.
  • Los Habsburgo enfrentaron múltiples frentes abiertos debido a las reivindicaciones autonomistas y nacionalistas de diversos pueblos bajo su dominio, como en:
    • Bohemia (checos)
    • Hungría (magiares), que llegó a declarar su independencia.
    • Territorios italianos (Lombardía-Véneto).
    • Croacia
    • Cracovia (polacos)
  • Las revueltas nacionalistas, como la de Cracovia, fueron sofocadas con dureza por las fuerzas imperiales.

Intervención Rusa

El Zar Nicolás I de Rusia, firme defensor del orden conservador establecido en el Congreso de Viena (1815), no estaba dispuesto a permitir que se rompiera el equilibrio de poder. Por ello, proporcionó ayuda militar a Viena para sofocar las revueltas, desempeñando un papel crucial en la derrota de la revolución húngara en 1849.

Italia en 1848: El Despertar del Risorgimento

En la península itálica, el año 1848 también estuvo profundamente marcado por un fuerte carácter nacionalista y el anhelo de unidad (el Risorgimento). Sin embargo, Italia carecía en ese momento de una bandera unificada o de un reconocimiento político consolidado como nación ante el resto de Europa, estando dividida en múltiples estados. Las revueltas de 1848, aunque mayormente fracasadas a corto plazo, sentaron bases importantes para el posterior proceso de unificación italiana.

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