El Rey, el Senado y las Instituciones en la Roma Monárquica y Republicana Temprana
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La Monarquía Romana: Elección y Funciones del Rey
La monarquía romana no era estrictamente hereditaria, aunque la pertenencia al linaje del rey pudiera constituir una recomendación para alcanzar el trono, pero nunca un requisito imprescindible.
Proceso de Elección
A la muerte del rey, se declaraba el interregno; el poder pasaba a ser detentado por los senadores, elegidos por grupos de diez. Este proceso se desarrollaba hasta el momento en que se encontraba el candidato más idóneo para ocupar el trono. La segunda fase consistía en presentar al candidato a la aprobación popular, de forma que el pueblo, reunido por curias, votaba el reconocimiento de su nuevo jefe. El Senado confirmaba la aprobación de las curias. La última etapa del proceso de entronización era la investidura.
Poderes del Rey
Una vez investido de su poder, el rey se convertía en el jefe absoluto de la comunidad, extendiéndose su acción al campo político, militar, judicial y religioso.
Símbolos de Poder: Patricios y Plebeyos
Un símbolo del poder del rey era un haz de varas atadas con una cinta roja que se llamaba fasces. Este símbolo representaba la autoridad y el poder de coerción.
El Senado en la Monarquía
El Senado representa un consejo de ancianos y su importancia queda relegada a un segundo término, totalmente absorbida por la preponderancia del rey. Teóricamente, el Senado carece de cualquier poder: es un órgano meramente consultivo; sus decisiones no eran vinculantes, de manera que el monarca requería su opinión, pero no tenía por qué seguirla. Incluso en el reclutamiento de los miembros del Senado se percibe su dependencia, pues esta función correspondía igualmente al rey, quien elegía a los nuevos senadores. Sin embargo, en el ejercicio de la práctica política, el Senado tenía una gran autoridad porque su composición reflejaba la pertenencia de sus miembros a la clase económicamente dominante.
Las Instituciones en la Época de la Monarquía: Curias y Comicios
Los primitivos romanos estaban divididos en tres tribus y en treinta curias, a razón de diez curias por tribu. La curia era una entidad de naturaleza diversa. Al frente de cada curia había un presidente.
La curia representa, asimismo, la unidad militar, y es gracias a esta función que las curias desarrollaron también la función política: los comicios por curias (comitia curiata). Estos eran una asamblea popular en la que cada individuo participaba dentro de su curia; la asamblea representaba al conjunto de los hombres armados y era la expresión política del ejército.
Los integrantes de las curias constituían el pueblo romano, que en un principio estaba formado solo por los patricios.
Final de la Monarquía
En el año 509 a.C., Tarquinio el Soberbio fue expulsado de Roma. Desaparecía así el sistema monárquico romano. A Tarquinio se le cerraron las puertas, se le ordenó el destierro y echaron también a los hijos del rey. Dos de estos acompañaron a su padre y fueron al destierro en Etruria. Tarquinio el Soberbio había reinado veinticinco años. Hubo reyes en Roma desde la fundación hasta su liberación, es decir, 244 años.
Tito Livio es un historiador romano que vivió en la época de Augusto, a finales del siglo I a.C., y escribió una sola obra monumental en la que narra toda la historia de Roma desde su fundación: Ab Urbe Condita ("Desde la fundación de la Ciudad").
El Establecimiento de la República (509-31 a.C.)
Tras la expulsión de Tarquinio, los romanos estaban decididos a no someterse nunca más al poder de un rey. El nombre que en la Roma republicana se aplicará a los máximos dirigentes es el de cónsul.
Desde ese año en que cayó la monarquía y se instauró la República, el gobierno de Roma se describía con la sigla SPQR, que quiere decir Senatus Populusque Romanus (El Senado y el Pueblo Romano).
Las Instituciones en la Roma Republicana
Hay tres pilares fundamentales en la estructura política republicana: las magistraturas, el Senado y el pueblo (organizado en asambleas).
Las Magistraturas
Con la República desaparece el poder personal y vitalicio del rey. El poder queda repartido entre una serie de personas con funciones específicas en el gobierno: los magistrados. Las funciones que desempeñan son las magistraturas.
Características principales de las magistraturas:
- Colegialidad: Generalmente, el poder se compartía entre dos o más magistrados del mismo rango.
- Anualidad: Sus funciones estaban limitadas en el tiempo, normalmente a un año, de forma exacta e improrrogable (con alguna excepción por razones especiales).
- Gratuidad: Ningún magistrado percibía compensación económica alguna. Ello es consecuencia del hecho de que los magistrados pertenecían a las clases más altas y se consideraba un honor servir al Estado.
- Electividad: Eran elegidos por las asambleas populares.