El rol del educador en el juego infantil: estrategias para una intervención efectiva
Clasificado en Magisterio
Escrito el en español con un tamaño de 2,95 KB
El rol del educador en el juego infantil
Estrategias para una intervención efectiva
Qué hacer
- Presenciar el juego de los niños/as: El niño ha de sentir cercano al adulto porque su presencia le asegura bienestar, le tranquiliza y le centra en el juego.
- Enseñar los juegos tradicionales: El educador es el que inicia el juego mientras el niño participa de una forma más o menos activa. Con su repetición, será el niño el que solicite el juego e irá tomando una postura más activa.
- Permitir a los niños que repitan sus juegos una y otra vez: Disfrutan repitiendo los juegos porque ejercitar lo ya aprendido proporciona placer y aporta seguridad. Por ello, se permitirá la repetición y no se introducirán variantes hasta que lo domine por completo.
- Enriquecer los juegos de los niños: Enriquecer el juego puede llevarse a cabo introduciendo juegos nuevos o nuevos personajes.
- Ayudar a resolver conflictos que surgen durante el juego: Solo se intervendrá en los conflictos entre los niños cuando se vea que es estrictamente necesario y la intervención tendrá como finalidad recordar y respetar las normas.
- Respetar las preferencias de juego de cada niño: A través del juego, cada niño va a tener la oportunidad de expresar sus intereses, sus necesidades y preferencias. Se proporcionarán nuevas oportunidades y nuevos materiales sin forzar un juego determinado.
- Promover la igualdad: Se debe ser extremadamente sensible y cuidadoso para no reproducir, a través de las valoraciones y las propuestas de juego, los papeles sexistas tradicionales. Se fomentará que jueguen juntos, elijan libremente y se evitarán malas expresiones.
- Fomentar en las familias de los niños el interés por el juego: Se deberá sensibilizar a los progenitores sobre el interés que tiene el juego en el marco familiar. Jugar con sus hijos les permite a las familias establecer comunicación y divertirse.
- Observar el juego de los niños: Mediante la observación, el educador puede seguir la evolución del niño, sus nuevas adquisiciones, relaciones con los compañeros, etc.
Qué no hacer
- Despreciar el juego: Desentenderse del juego, aburrir al niño, aplastando su iniciativa.
- Ahogar la iniciativa: Limitar la creatividad y la exploración en el juego.
- Hacer juicios de valor: Criticar las elecciones de juego del niño.
- Pretender mantener todo bajo control: Impedir la espontaneidad y el desarrollo natural del juego.
- Perder los papeles: Reaccionar de forma exagerada ante situaciones en el juego.
- Temer las complicaciones: Evitar juegos que puedan presentar desafíos o dificultades.