La Romanización de Hispania

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Introducción

La civilización romana penetró en España con una fuerza inusitada en comparación con otras provincias del imperio. Tras una larga conquista, Hispania se romanizó con decisión a partir del siglo I a. C., coincidiendo con la proliferación de colonias romanas durante la pax romana de Augusto. Este proceso supuso una aculturación de los indígenas, quienes, integrados en el ejército y la administración, asimilaron modos de vida romanos, lo que favoreció su unidad cultural y civilizadora.

La expansión urbana fue primordial en este proceso, así como la gran capacidad organizativa, determinación y mentalidad práctica de los romanos. Las provincias romanas estaban gobernadas por un pretor y se dividían en conventos jurídicos. Hispania, considerada provincia senatorial, era administrada por el Senado, a diferencia de otras provincias imperiales.

Sociedad

La sociedad romana se caracterizaba por una clase poderosa y privilegiada compuesta por ciudadanos libres, diferenciados de no ciudadanos, libertos y esclavos. Con el tiempo, se produjo una mezcla con las élites indígenas y la ciudadanía se extendió.

Las Ciudades

Roma destacó por su civilización urbana, y las ciudades alcanzaron un gran esplendor. Eran centros económicos y administrativos, además de instrumentos de romanización. Se fundaron más de 400 ciudades, proceso que se intensificó con César y Augusto. Las colonias romanas, fundadas por ciudadanos romanos, imitaban a Roma en su estructura y organización, y se caracterizaban por su comodidad, limpieza e imponentes monumentos. Las ciudades indígenas, a su vez, imitaron este modelo. Inicialmente, las ciudades tenían distinto rango según sus habitantes.

Economía

La economía romana era colonial, esclavista y giraba en torno a las ciudades. Destacaba la trilogía mediterránea (trigo, vid y olivo) y se mejoraron los métodos de cultivo. La conquista supuso el reparto de tierras entre los colonos romanos, mientras que muchos indígenas mantenían una economía de subsistencia y formas de propiedad comunal.

Religión

En el ámbito religioso, se produjo un sincretismo. El poder romano solo imponía el culto a la tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva), dioses que representaban a Roma y al emperador. En el año 306 se reunió el primer concilio de la Iglesia, y en el 380 d.C. el emperador Teodosio proclamó el cristianismo como religión oficial del imperio.

Cultura y Arte

El latín se impuso como lengua común y las lenguas indígenas fueron desapareciendo. Prueba de la profunda romanización de Hispania fue la existencia de emperadores y grandes figuras de la cultura de origen hispano.

Crisis del Siglo III y Ruralización

A partir del siglo III d.C., el Imperio Romano sufrió una profunda crisis. La inestabilidad e inseguridad hundieron el comercio. Roma intentó imponer el orden con más burocracia, gasto militar y aumento de la presión fiscal. La clase alta, buscando seguridad, huyó a sus lujosas villas en el campo. Muchos campesinos, buscando protección, se convirtieron en colonos de estos grandes terratenientes.

Las villas romanas se convirtieron en el nuevo centro de una economía de autoabastecimiento, sustentada por colonos libres y una mano de obra esclava cada vez más escasa.

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