El Romanticismo en España: Movimiento, Autores y Obras Clave

Clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 8,31 KB

Introducción al Romanticismo Español

El Romanticismo es el movimiento artístico y cultural que predomina en Europa durante la primera mitad del siglo XIX. Surge como reacción y sentimiento de insatisfacción ante los valores de la sociedad burguesa y el exceso de racionalismo de la Ilustración. Representa la rebelión de la libertad individual, el sentimiento, la imaginación y el poder creador del espíritu frente a las normas neoclásicas.

En España, los principales autores de este movimiento son el Duque de Rivas, José Zorrilla, Mariano José de Larra y José de Espronceda, entre otros.

Características del Romanticismo

Las características principales del movimiento romántico son:

  • Rechazo del mundo real: El romántico se siente asfixiado por la realidad prosaica y se rebela mediante la huida a través de la imaginación hacia mundos exóticos o pasados (como la Edad Media).
  • Subjetivismo y exaltación del «yo»: Se priorizan los sentimientos personales, las emociones y la visión individual del mundo, que a menudo chocan con la realidad. El artista anhela un cambio absoluto, pero su frecuente fracaso lo lleva a encerrarse en sí mismo, volviéndose un ser solitario, melancólico y, en ocasiones, fascinado por la muerte.
  • Fuga del mundo circundante: Se buscan escenarios lejanos, exóticos (Oriente) o del pasado (Edad Media, Siglo de Oro). En ellos, la naturaleza, a menudo presentada de forma salvaje, agreste y tenebrosa (ruinas, cementerios, tormentas), adquiere un lugar principal como reflejo de los estados de ánimo del autor.
  • Reivindicación de lo nacional y popular: Se recupera y valora la historia, las costumbres, las lenguas y las leyendas propias de cada región o nación, en contraposición al universalismo ilustrado.
  • Libertad creativa: Se defiende la libertad del artista frente a las reglas neoclásicas. Esto se extiende a las obras literarias, donde se mezclan géneros (tragedia y comedia), prosa y verso (polimetría), y se rompen las unidades aristotélicas en el teatro.

España, de hecho, inspirará a muchos románticos europeos (el personaje de Don Quijote se considera a menudo un precursor del héroe romántico). Se crean nuevos géneros como la novela histórica, la leyenda en prosa o verso y el drama heroico, y se rehabilita el romance como forma poética popular.

Aunque se cultivaron todos los géneros, es en la poesía y el teatro donde el Romanticismo español deja una huella más profunda, que llegará hasta nuestros días.

Autores Románticos Destacados

Mariano José de Larra (1809-1837)

Su vida atormentada y su suicidio lo convierten en el prototipo del hombre romántico. Periodista liberal y crítico agudo de la sociedad española, destaca por sus artículos periodísticos, publicados bajo seudónimos como «Fígaro». Sobresalen sus cuadros de costumbres, que analizan con ironía y pesimismo la realidad española. Los más famosos son: Vuelva usted mañana, El castellano viejo o El café. Su estilo es incisivo, vivo, directo y natural, alejado del retoricismo de la época.

José de Espronceda (1808-1842)

Poeta que encarna el espíritu rebelde y liberal del Romanticismo. Escribió sus mejores obras tras entrar en contacto con el romanticismo europeo (especialmente el inglés de Lord Byron) durante su exilio político. Sobresale por sus poemas narrativos largos: El estudiante de Salamanca, leyenda sobre el mito de Don Juan, y El diablo mundo, ambicioso poema filosófico que quedó inacabado. En esta última obra incluyó el famoso Canto a Teresa, una elegía apasionada dedicada a su amada. También son célebres sus «Canciones», como la Canción del pirata, que exalta la libertad absoluta.

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

Aunque perteneciente a una etapa posterior (Posromanticismo), Bécquer es fundamental. Poeta y narrador sevillano, fue relativamente ignorado en vida pero considerado después el iniciador de la poesía moderna española junto a Rosalía de Castro. Dotó a su poesía de una nueva sensibilidad, más íntima y sugerente, y un léxico poético sencillo y antirretórico. Sus Rimas, publicadas póstumamente, fueron ordenadas tradicionalmente en cuatro grupos temáticos: la reflexión sobre la poesía, el amor ilusionado, el desengaño amoroso, y el dolor existencial, la angustia y la muerte. Destacan por su aparente sencillez formal, su musicalidad, simbolismo, brevedad e intimismo. También escribió en prosa las Leyendas (narraciones de misterio ambientadas en el pasado) y las Cartas desde mi celda.

Rosalía de Castro (1837-1885)

Figura clave del Posromanticismo y del Rexurdimento gallego. Escribió tanto en gallego como en castellano. Sus obras en gallego, Cantares gallegos (1863) y Follas novas (1880), son fundamentales para la revitalización de la literatura en esta lengua y reflejan el interés romántico por las culturas regionales. Su obra maestra en castellano es En las orillas del Sar (1884). Su poesía, junto a la de Bécquer, cierra el Romanticismo e inicia la lírica moderna. Es una atormentada confesión de su intimidad, abordando temas como el amor, la soledad, el dolor metafísico («negra sombra»), la muerte, la condición femenina y las injusticias sociales. Utiliza poemas generalmente breves, de rima asonante y gran musicalidad, con innovadoras combinaciones métricas.

El Drama Romántico

El teatro fue uno de los géneros predilectos de los románticos para expresar sus ideales y pasiones. Sus características principales son:

  • Rechazo a las normas neoclásicas: Se rompen las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar), las obras se dividen en tres o cinco actos (en lugar de los tres neoclásicos), se mezcla tragedia y comedia (dando lugar al drama), y se combina prosa y verso utilizando diversas métricas (polimetría).
  • Temática: Predominan los temas históricos (Edad Media, Siglo de Oro), legendarios, caballerescos o de aventuras exóticas, siempre con un fuerte componente de amor apasionado, honor, venganza, fatalidad y misterio.
  • Protagonista: Suele ser un héroe (o heroína) misterioso, rebelde, valiente y marcado por un destino trágico e inevitable («fuerza del sino»). Abundan las escenas nocturnas, los desafíos, duelos, suicidios y finales funestos.
  • Finalidad: Se abandona la intención didáctica o moralizante neoclásica y se busca principalmente conmover, sorprender y emocionar al espectador mediante una acción trepidante y efectos escénicos espectaculares.

El drama romántico se inaugura en España con La conjuración de Venecia (1834) de Francisco Martínez de la Rosa, y alcanza su plenitud con Don Álvaro o la fuerza del sino (1835), del Duque de Rivas (Ángel de Saavedra), obra que condensa todas las características del género. Otras obras de relieve son Macías (1834), de Larra; Los amantes de Teruel (1837) de Juan Eugenio Hartzenbusch; y especialmente Don Juan Tenorio (1844), de José Zorrilla, la obra más popular y representada del teatro romántico español, que tradicionalmente sigue poniéndose en escena en torno al Día de Todos los Santos.

Otros Géneros y Autores Relevantes

Aunque la poesía y el teatro fueron centrales, otros géneros también tuvieron cultivadores notables:

  • Novela histórica: Siguiendo el modelo de Walter Scott, destaca El señor de Bembibre (1844) de Enrique Gil y Carrasco, ambientada en el Bierzo medieval.
  • Costumbrismo: Refleja escenas y tipos populares de la época, a menudo con intención crítica o nostálgica. Sobresalen Ramón de Mesonero Romanos (con sus Escenas matritenses) y Serafín Estébanez Calderón, «El Solitario» (con sus Escenas andaluzas).

Entradas relacionadas: