El Romanticismo: Un Viaje a Través de la Emoción y la Rebeldía en el Siglo XIX
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Contexto Histórico
El Romanticismo surge en Europa entre los siglos XVIII y XIX, en un contexto de cambio radical. Tras la era absolutista y neoclásica, se levantan ideales democráticos y republicanos, impulsados por tres revoluciones que configuran un nuevo orden social. Fernando VII, rey de España, fuerza el exilio de intelectuales que regresan entre 1834 y 1844, trayendo consigo las ideas románticas.
Ideología y Temas
El Romanticismo se presenta como una reacción al mundo racionalista burgués. Se busca refugio en el reino del ensueño, ya que la razón de la Ilustración no responde a las preguntas vitales y la religión pierde validez. Esta búsqueda infructuosa produce angustia por no encontrar sentido a la vida.
El movimiento se caracteriza por:
- Subjetivismo: El yo se convierte en el tema fundamental del universo.
- Egocentrismo: La obra se convierte en un reflejo de las vivencias y la intimidad del autor.
- Lenguaje grandilocuente: Se utiliza para expresar la intensidad de las emociones.
- Idealismo: Se rechaza la realidad porque no se ajusta a las expectativas, lo que produce desengaño, tristeza y decepción.
- Evasión: Se busca refugio en lo exótico, lo lejano o los temas históricos.
- Misterio y ultratumba: Se exploran temas sobrenaturales y la muerte.
- Amor idealizado: Incapaz de pactar con la realidad, se desprecia al mundo material.
- Libertad: Se busca la libertad individual como solución a la angustia, a menudo a través de personajes rebeldes y solitarios.
- Muerte: Se ve como una liberación del sufrimiento.
Géneros Literarios
Poesía Lírica
Destaca el subjetivismo. José de Espronceda, con obras como El Canto del Pirata, El Mendigo y El Diablo Mundo, es un ejemplo representativo.
Poesía Narrativa
Se recupera el romance. El Duque de Rivas, con sus Romances Históricos, y Espronceda, con El Estudiante de Salamanca, son figuras clave. Se experimenta con la métrica, utilizando todas las variantes e incluso inventando nuevas formas.
Postromanticismo
Las mejores obras románticas surgen durante su decadencia, en el Postromanticismo. Se mantienen los grandes temas, pero con un estilo más sencillo y un tono intimista. Rosalía de Castro, con Follas Novas y En las Orillas del Sar, y Gustavo Adolfo Bécquer, con Rimas y Leyendas, son los autores más destacados.
Prosa
La prosa histórica, influenciada por Walter Scott (Ivanhoe) y Alejandro Dumas (Los Tres Mosqueteros), se caracteriza por la presencia de héroes secundarios históricos y elementos fantásticos. Destacan obras como El Doncel de Don Enrique el Doliente.
Mariano José de Larra, con artículos como El Reo de Muerte y Vuelva Usted Mañana, realiza un análisis crítico de la realidad española.
El costumbrismo busca retratar la vida y las clases sociales. Larra, con sus artículos, es un exponente importante de este género.
Teatro
El teatro romántico goza de gran éxito. Obras como Don Álvaro o la Fuerza del Sino, del Duque de Rivas, Los Amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch, y Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, son ejemplos representativos.
Estética Romántica
La estética romántica se caracteriza por:
- Misterio, fantasmas y sueños: Se exploran temas sobrenaturales y oníricos.
- Personajes arquetípicos: El hombre apasionado, orgulloso y escéptico; la mujer como un ángel de amor.
- Efectos escénicos llamativos y violentos: Se busca impactar al espectador con la representación de las pasiones incontrolables y el destino funesto.
- Ambientes nocturnos, cementerios y tormentas: Se utiliza la ambientación para reflejar la atmósfera romántica.
- Mezcla de prosa y verso: Se rompe con las unidades aristotélicas.