Rutina y división del trabajo: ¿Progreso o alienación?
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3,06 KB
Rutina y división del trabajo: Dos perspectivas
La visión positiva de la rutina: Diderot y la maestría
La sociedad moderna a menudo se rebela contra la rutina, pero en el contexto del capitalismo industrial, el trabajo repetitivo puede verse desde dos perspectivas diferentes. Una visión positiva, defendida por pensadores como Diderot, sugiere que la rutina aplicada al trabajo puede ser una forma de memorización y dominio. Al dominar una tarea a través de la repetición, las personas pueden alcanzar un nivel de maestría que les brinda tranquilidad y satisfacción.
Diderot ejemplifica la dignidad de la rutina en su descripción de la "fábrica de papel L’Anglée" en La Enciclopedia. Esta fábrica, diseñada como un castillo, separa el hogar del lugar de trabajo, una separación que se considera positiva. En el interior reina el orden, los suelos brillan, todo tiene su lugar fijo y todos los trabajadores conocen su labor. Para Diderot, la rutina no implica una simple e interminable repetición; él creía en la analogía con las artes, donde la repetición de una operación permite descubrir cómo acelerar o aminorar la marcha, manejar el tiempo y alcanzar la unidad de mente y mano.
La visión negativa de la rutina: Adam Smith y la alienación
En contraste con la visión positiva de Diderot, Adam Smith, en su obra La riqueza de las naciones, presenta una perspectiva negativa y destructiva de la rutina. Smith cree que la rutina embota la mente y ahoga el espíritu. Observa que los trabajos se vuelven cada vez más especializados a medida que el crecimiento económico va acompañado de una división del trabajo cada vez mayor. Esta idea se ilustra con la analogía de un panal, donde a medida que aumenta su tamaño, cada celda se convierte en un lugar de tarea específica.
El ejemplo que Smith utiliza para ilustrar su punto es el de una fábrica de tachuelas y clavos. Un fabricante solo podría producir unos cientos al día, mientras que en una fábrica con divisiones de trabajo por cada componente, donde cada trabajador realiza solo una tarea específica, se podrían elaborar más de dieciséis mil al día. Aunque Smith reconoce la eficiencia de la división del trabajo, la considera desastrosa desde el punto de vista humano. Condena a los individuos a un día mortalmente aburrido y autodestructivo, llevando a la "muerte mental" de las personas. La división del trabajo y la rutina reprimen la solidaridad y, si bien Smith identifica el crecimiento de los mercados y la división del trabajo con el progreso material de la sociedad, no lo considera un progreso moral.
Conclusión
La tensión entre la eficiencia económica y el bienestar humano sigue siendo un tema relevante en la sociedad actual. Si bien la división del trabajo y la rutina pueden impulsar el progreso material, es esencial considerar su impacto en la salud mental y la satisfacción laboral de los individuos. La búsqueda de un equilibrio entre la eficiencia y el bienestar humano es un desafío continuo para las sociedades modernas.