San Agustín: El Amor como Fundamento de Existencia y Conocimiento Divino

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La Filosofía del Amor en San Agustín

En este documento, exploramos la profunda visión de San Agustín sobre el amor, desglosando sus conceptos de amor a la existencia y amor al conocimiento, y cómo ambos convergen en el camino hacia el amor a Dios.

El Amor a la Existencia

San Agustín sostiene que el amor a la existencia se fundamenta en la naturaleza misma de todo ser, que «rehúye con gran fuerza el no ser», es decir, lucha intrínsecamente por seguir existiendo. Esta aversión al no-ser es una manifestación primordial del amor por la propia existencia.

El Amor al Conocimiento

Agustín afirma que el amor al conocimiento se manifiesta claramente en el hecho de que todo ser humano prefiere la verdad (por dura que sea) antes que la mentira. Este amor por el conocimiento es una facultad exclusiva del hombre, pues es el único capaz de conocimiento racional.

La Teoría de la Iluminación y el Conocimiento de Dios

Basándose en su célebre Teoría de la Iluminación, Agustín sugiere que el amor del hombre al conocimiento es superior a cualquier otra actividad. Dentro de esta jerarquía, el conocimiento supremo es, sin duda, el conocimiento de Dios.

La Imagen de Dios en el Hombre: "Yo soy, yo conozco, yo quiero"

La posibilidad de buscar a Dios y de amarle está profundamente arraigada en la naturaleza misma del hombre. Está inscrita en la triple forma de la naturaleza humana, concebida como imagen de Dios: «yo soy, yo conozco, yo quiero», reflejando así la Trinidad divina.

La Interconexión de los Amores y el Camino a Dios

Ambas nociones de amor (a la existencia y al conocimiento) se relacionan intrínsecamente en el papel que desempeñan en el camino hacia el amor a Dios. Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza para que este pueda llegar a Él. Sin embargo, esta llegada no está garantizada, pues el hombre puede apartarse del ser y pecar, una consecuencia directa del libre albedrío.

No obstante, el hombre tiene la posibilidad de convertirse en un "hombre nuevo" al llegar a Dios a través del renacimiento espiritual. Esta es la única vía hacia la felicidad verdadera, y consiste en el amor a Dios, al cual se llega precisamente a través del amor a la existencia y al conocimiento.

Dios como Garantía de Existencia y Conocimiento

Frente al escepticismo, Agustín considera que el amor a la existencia y el amor a la verdad están más allá de toda duda. Incluso si se negara la realidad, la existencia o el conocimiento, no podemos negar que amamos. Aunque estemos amando algo que no es verdad, o aunque nos engañemos, el acto de amar es un sentimiento subjetivo innegable.

De esta forma, Dios se erige como la garantía última de la existencia y el conocimiento. Curiosamente, unos siglos más tarde (siglo XVII), también Descartes llegaría a afirmar a Dios como perfección y garantía de verdad, tanto de la existencia de la realidad exterior como del propio conocimiento.

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