San Agustín: Fe, Razón y la Búsqueda de la Verdad
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Razón y Fe
La razón y la fe se encuentran en Cristo, y son complementarias: la fe debe entenderse con la razón, y ésta es incapaz de alcanzar la verdad por sí sola. Hay que creer para entender, pero hay que esforzarse por comprender las verdades de la fe. La razón ha de guiarse por la fe para llegar a la inteligencia. Por tanto, la razón está supeditada a la fe, que es el medio para llegar a la única verdad, Cristo.
Conocimiento
El conocimiento plantea el problema de la verdad. San Agustín considera que la búsqueda de la verdad es necesaria, ya que nos hace sabios, y la sabiduría nos permite alcanzar la felicidad. San Agustín plantea cómo llegar al conocimiento:
Superación del Escepticismo
Supera a los escépticos (el que duda sabe que está dudando, por lo que sabe que sí hay verdad). Esto lleva a niveles de conocimiento:
- Sensible: de los sentidos, sujeto a errores.
- Racional: es propio del ser humano, está en la razón. Para llegar a esto, San Agustín recurre a las verdades eternas que llevan a la sabiduría, solo posible por la iluminación divina.
El conocimiento requiere una búsqueda interior en el alma donde encontrará la verdad, a Dios.
La Existencia de Dios
La existencia de Dios es demostrable para San Agustín por los siguientes argumentos:
- Dios se hace visible a través de sus efectos: los seres son prueba de ellos.
- El consentimiento universal: existe un ser superior.
- Dios es fundamento de la verdad: todas las ideas deben provenir de un ser inmutable y eterno.
- La naturaleza de Dios es inefable (está más allá de nuestra comprensión y es inexpresable).
Mundo
San Agustín defiende el ejemplarismo. Dios crea el mundo a partir de la nada. Todo tiene un principio y un final, y solo Dios es eterno y trascendente. Según San Agustín, la materia también ha sido creada por Dios (a diferencia de Platón).
El Hombre
El hombre, compuesto de alma y cuerpo, es el único que posee un alma racional, con las siguientes características:
- Conoce las cosas sensibles y puede conocer las ideas gracias a la iluminación divina.
- Es temporal, ha sido creado por Dios en algún momento, por lo que no es eterno.
- Tiene tres facultades, que San Agustín relaciona con la Trinidad divina: memoria (Padre), inteligencia (Hijo) y voluntad (Espíritu Santo).
El alma es simple e indivisible, y es el principio que da vida al cuerpo. San Agustín defiende la unión de alma y cuerpo: ambos han sido creados por Dios y ambos constituyen al hombre. Por tanto, el alma no ha tenido ninguna existencia anterior, y el cuerpo no es su cárcel, de la que tendrá que liberarse.
El Mal
El fin de la conducta humana es la beatitud. La voluntad impulsa al alma mediante el amor (caridad cristiana) hacia Dios y el prójimo. Sin embargo, la voluntad es libre de hacer el bien o el mal.
Según la teoría de la no sustancialidad del mal, el mal es la ausencia de bien. Así, el mal nace cuando el hombre usa mal su libre albedrío apartándose del bien. El hombre es, por tanto, el responsable del mal, y no Dios.
El hombre ha sido creado libre, pudiendo volverse hacia Dios o apartarse de Él. San Agustín distingue entre:
- Libre albedrío: capacidad del ser humano de obrar según su voluntad, orientada hacia el mal.
- Libertad: capacidad de hacer buen uso del libre albedrío. Necesita de la gracia divina.
El hombre ha sido creado libre, pero desde que comete el pecado original, conserva un libre albedrío para elegir lo que debe: amar a Dios para poder encontrar la felicidad.