La Segunda República Española: Del Bienio Reformista a la Guerra Civil y el Franquismo
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II República: Del Bienio Reformista a la Guerra Civil
El Bienio Radical y las Elecciones de 1933
Tras el Bienio Reformista, las elecciones de noviembre de 1933 marcaron un giro político. Con la incorporación del voto femenino, la derecha, representada por votantes católicos, se impuso con un discurso radicalizado. Mientras anarquistas de la CNT y la FAI se abstuvieron, la Falange Española, de carácter fascista, liderada por José Antonio Primo de Rivera, emergió en el panorama político. El triunfo electoral de las derechas, con la CEDA a la cabeza, y el Partido Radical proponiendo la revisión de reformas, amnistía para condenados y revisión constitucional, fue favorecido por las abstenciones, resultando en un parlamento fragmentado con más de 20 partidos.
El Gobierno Radical y la Contrarreforma
El gobierno del Partido Radical, con el apoyo de la CEDA, inició una contrarreforma. Si bien no se derogó la Ley de Confesiones, se revisaron los términos municipales de tierras confiscadas. Se aprobó una ley de amnistía que reintegró a los implicados en el golpe de 1932, se restablecieron las escuelas religiosas y se mantuvo el salario católico. Estas medidas provocaron la bajada de salarios para los propietarios agrarios, aumentando el desempleo y las huelgas, con un saldo de muertos y detenidos. En 1934, la Generalitat de Cataluña competía con el gobierno central por la Ley de Cultivos, que permitía la compra de tierras cultivadas.
La Revolución de 1934
La Revolución de 1934, impulsada por un cambio de estrategia del PSOE, con tintes fascistas, y liderada por Largo Caballero, quien aprobó un programa revolucionario que incluía la nacionalización de tierras con el objetivo de frenar el fascismo, llamó a una alianza obrera para un golpe revolucionario. La entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno fue vista como una traición, señalando un levantamiento contra la República. Gil Robles, buscando destruir la República legalmente sin un golpe de estado, inició el levantamiento el 5 de octubre. El fracaso de la convocatoria, a pesar de la toma de ciudades y la huelga general, llevó a la declaración del estado de guerra y a la intervención del ejército, incluyendo al proletariado de Marruecos. Azaña fue acusado de delito de rebelión, a pesar de no haber participado, y José Calvo Sotelo fundó el Bloque Nacional como alternativa a la República.
El Fin del Bienio Derechista y las Elecciones de 1936
El bienio derechista llegó a su fin debido a la represión del levantamiento de la Revolución de Asturias. Se aceleró la contrarreforma y el Partido Radical se sometió a la política de la CEDA. Se desmantelaron las reformas sociales y laborales, se anuló el jurado mixto, se aprobó la Ley de Contrarreforma Agraria y se cambiaron los mandos militares. La crisis del Partido Radical, a raíz del caso de estraperlo, que implicó a miembros del partido, rompió la coalición con la CEDA. El presidente Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 16 de febrero de 1936.
El Frente Popular y la Guerra Civil
La campaña electoral de 1936 vio a la izquierda unida en el Frente Popular, con un programa de amnistía y reforma agraria. La derecha, desunida, no mantuvo su alianza. El resultado electoral, con un voto casi igual para ambos bandos, dio la mayoría al Frente Popular. El gobierno del Frente Popular, con Zamora como presidente de la República y Azaña como jefe de gobierno, decretó una amnistía para los encarcelados, retomó las reformas del bienio reformista, incluyendo la reforma agraria, y rompió la relación entre Iglesia y Estado. La crisis económica, la caída de la peseta, el cierre de fábricas y la violencia política, con crímenes como el del teniente Castillo (Guardia de Asalto) y José Calvo Sotelo, provocaron el alzamiento militar liderado por Mola, Sanjurjo, Franco y Goded, con el apoyo de la derecha, iniciando la Guerra Civil el 17 de julio con el sublevamiento en Marruecos.
La Dimensión Internacional de la Guerra Civil y sus Consecuencias
La Intervención Extranjera
La Guerra Civil Española, fruto de tensiones sociales y enfrentamientos políticos, se internacionalizó con la intervención de potencias extranjeras. Los sublevados recibieron apoyo de Alemania, interesada en la posición estratégica de los Pirineos y el wolframio español, e Italia, por motivos ideológicos y su interés en el Mediterráneo. Portugal, a través del puerto de Lisboa, y Marruecos, con la Guardia Mora, también contribuyeron a la causa sublevada. América proporcionó financiación, y el Vaticano apoyó a Franco por motivos religiosos. La República, inicialmente aislada internacionalmente, recibió ayuda de la URSS en forma de material bélico y personal especializado, a cambio del oro de Moscú gestionado por Negrín. Las Brigadas Internacionales, compuestas por luchadores antifascistas, se unieron a la causa republicana, y México acogió a refugiados. La Sociedad de Naciones, Francia e Inglaterra, temerosas del expansionismo alemán, se mantuvieron neutrales.
Consecuencias de la Guerra
La Guerra Civil dejó un país devastado. Las consecuencias demográficas fueron catastróficas, con miles de muertos, exiliados, enfermos y en la pobreza. Los niños de la guerra fueron evacuados, muchos a Rusia. Los sublevados eliminaron a simpatizantes republicanos, como en los fusilamientos de Badajoz. La economía quedó exhausta, con la industria destruida y una enorme deuda. Culturalmente, el país sufrió la pérdida de intelectuales, exiliados o asesinados.
El Estado Franquista: Creación, Ideología y Evolución
El Nuevo Régimen
Tras la Guerra Civil, España se constituyó en un nuevo régimen, no un fascismo puro, sino una mezcla de pensamiento militar, unidad de Estado, orden y jerarquía, catolicismo intenso y rechazo al comunismo, con un marcado carácter personalista en la figura de Franco.
El Gobierno Unipersonal de Franco
Franco concentró el poder como jefe de Estado, de gobierno y del partido único, el ejército. Con el título de Generalísimo y Caudillo, se presentaba como responsable “ante Dios y la historia”. Contó con el apoyo de la CEDA, católicos y monárquicos.
Rasgos del Franquismo
El Franquismo se caracterizó por el totalitarismo, el caudillismo, la represión y la persecución de simpatizantes republicanos, y el control de la comunicación. Ideológicamente, se oponía a la democracia parlamentaria. La Ley de Responsabilidad Política, la represión comunista y el control de la prensa fueron instrumentos clave. La Falange Española Tradicionalista y de las JONS se convirtió en el soporte ideológico del régimen como partido único. Se apoyaba en leyes como el Fuero del Trabajo, la Ley de Cortes (consultivas), el Fuero de los Españoles, la Ley de Referéndum Nacional y la Ley de Sucesión. Se definía como una "democracia orgánica", inspirada en el corporativismo italiano, con la familia, el sindicato y el municipio como bases. Las Cortes, meramente consultivas, y la administración territorial, centralizada en provincias, completaban la estructura. Los sindicatos verticales, a través de la Organización Sindical Obrera, controlaban las condiciones laborales, negando la negociación e ilegalizando la huelga. El régimen se apoyó en el ejército y la Iglesia Católica, que recibió beneficios educativos y materiales. Sus principales simpatizantes eran campesinos y la clase media.
Evolución Política del Franquismo
En septiembre de 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, España se declaró neutral, aunque con simpatías fascistas. Firmó un tratado de amistad con Alemania y Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya. España proporcionó ayuda militar a Alemania, incluyendo el uso del puerto de Gibraltar. La División Azul, compuesta por voluntarios falangistas, luchó junto a Alemania contra la URSS. Con la derrota del Eje, España volvió a la neutralidad. Franco se distanció del fascismo, presentando su régimen como católico, conservador y anticomunista.
Aislamiento y Reconocimiento Internacional
Tras la guerra, España sufrió el aislamiento internacional. En la Conferencia de Potsdam (agosto de 1945), los aliados vetaron la entrada de España en la ONU por su pasado fascista y su apoyo al Eje. Francia cerró la frontera y retiró a su embajador. Franco lanzó una campaña de propaganda y manifestaciones. Con el inicio de la Guerra Fría, EEUU, necesitando aliados anticomunistas, restableció relaciones con España, instalando bases militares. En 1955, España ingresó en la ONU, el FMI y el Banco Mundial. La llegada de tecnócratas al gobierno marcó un cambio en la política económica.
La Oposición al Franquismo
El fin de la Guerra Civil provocó el exilio de miles de republicanos, que se refugiaron en campos en condiciones precarias. España sufrió una pérdida intelectual y cultural. Durante las décadas de 1940, 1950 y 1960, se desarrollaron instituciones republicanas en el exilio, como el gobierno catalán y vasco. En 1945 se constituyeron las primeras Cortes en el exilio. El Frente Único (republicanos y socialistas) y la lucha guerrillera (comunistas y anarquistas) buscaban el fin del régimen franquista. La oposición monárquica, a través del Pacto de San Sebastián, buscaba la restauración de la monarquía con el apoyo del PSOE. Juan de Borbón firmó el Manifiesto de Lausana, proponiendo una monarquía parlamentaria. España se convirtió en un reino con Franco como jefe de Estado vitalicio y Juan Carlos como heredero. La resistencia armada, con el maquis como principal exponente, y la oposición interna, con huelgas generales y células clandestinas estudiantiles, mantuvieron la lucha contra la dictadura, a pesar de la represión y el cierre de universidades.