La Segunda República Española: Crisis, Elecciones de 1933 y el Ascenso de la Derecha

La Segunda República: Crisis y Elecciones de 1933

Descontento Social y Crisis de Gobierno

La lentitud en las reformas emprendidas en los dos primeros años de gobierno republicano provocó el descontento de los trabajadores, especialmente en el campo, donde las aspiraciones revolucionarias de la CNT y los sectores más radicales de la UGT provocaron varios conflictos sociales. El gobierno se fue desgastando por incidentes como el de Casas Viejas, donde murieron 12 personas a manos de las fuerzas del orden.

En otoño de 1933 se produjo una crisis en la coalición republicano-socialista, lo que forzó la dimisión de Manuel Azaña, jefe del gobierno, y la convocatoria de elecciones.

Elecciones de 1933: Un Nuevo Panorama Político

Las elecciones fueron las primeras con participación femenina. La izquierda acudió dividida, en contra de lo que aconseja el sistema, y la CNT promovió la abstención. Al contrario, la derecha se reorganizó durante el bienio reformista y formó dos grandes bloques:

• Uno abiertamente hostil a la República, integrado por monárquicos, carlistas y pequeños grupos fascistas.
• Mayor importancia iba a adquirir la CEDA, que aceptaba de manera indiferente la forma republicana con intención de transformarla en sentido conservador, especialmente en lo referido a la Iglesia y la reforma agraria.

Victoria de la Derecha y Formación de un Nuevo Gobierno

Como consecuencia, venció en las elecciones el centro-derecha, encabezado por la CEDA, que con más de 100 diputados se convertía en la mayor minoría. La izquierda sufrió una fuerte derrota. Alcalá Zamora, presidente de la República, desconfiaba de Gil Robles por su lealtad dudosa a la República y entregó el gobierno a Lerroux, que formó un gobierno monocolor con apoyo parlamentario de la CEDA. A cambio, el Partido Radical iniciaría una política de rectificación de la política anterior.

Rectificación de Políticas y Radicalización

La reforma agraria se paralizó y se concedió a los propietarios de las tierras libertad total de contratación. Hubo también un intento de recomponer las relaciones con la Iglesia, a la que se permitió continuar en la enseñanza y se concedió la amnistía a los militares sublevados de Sanjurjo. La derechización del gobierno provocó una radicalización del PSOE y del sector más izquierdista de la UGT, encabezado por Largo Caballero, que promovió huelgas y amenazó con la insurrección si la CEDA entraba en el gobierno.