La Segunda República Española: Crisis, Elecciones y el Camino hacia la Guerra Civil (1934-1936)

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La Segunda República Española: Crisis y Polarización (1934-1936)

La Revolución de Asturias de 1934 y sus Consecuencias

En Asturias se produjo una revolución social por parte de la Alianza Obrera, que incluía a socialistas, anarquistas y comunistas. Llegaron a tomar el centro de Oviedo y realizaron múltiples actos de violencia, ante lo cual el Gobierno declaró el estado de guerra. Además, la Generalitat proclamó el Estado Catalán, una acción que el Estado abortó con rapidez.

Como consecuencia, la represión continuó, provocando miles de detenciones. Esto también provocó una crisis de gobierno y aceleró la rectificación de las reformas republicanas.

Crisis Política y las Elecciones de 1936

Estalló una crisis dentro del Partido Radical por los escándalos del Estraperlo, y Gil Robles intentó aprovecharla para acceder al poder, algo que Alcalá Zamora no permitió. Ante esta crisis, el presidente disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones el 16 de febrero de 1936.

El Triunfo del Frente Popular

Los partidos de izquierda se unieron en una alianza, formando el Frente Popular. Este prometía la vuelta a las reformas de 1932 y la amnistía de los implicados en las revoluciones de 1934. La derecha, en cambio, estaba dividida. Destacó el Bloque Nacional, liderado por Calvo Sotelo, que abogaba por el derrocamiento de la República, y la creación de Falange Española por José Antonio Primo de Rivera. El Frente Popular ganó en votos, lo que se tradujo en un aumento considerable de escaños, aunque la distribución de votos no se ajustó a la lógica histórica esperada.

El Gobierno del Frente Popular y sus Desafíos

El Gobierno se encomendó a Manuel Azaña, quien solo nombró ministros republicanos, ya que los socialistas se negaron a participar. Se iniciaron una serie de medidas urgentes:

  • La amnistía por delitos políticos.
  • La obligación de los empresarios de readmitir a los obreros despedidos.
  • La restauración de la autonomía de Cataluña.
  • La reanudación de las reformas agraria, religiosa, social y militar.

Nada más ganar las elecciones, se produjeron desórdenes públicos, ocupaciones de tierras y otras actuaciones que dificultaron la acción del Gobierno, el cual tomó medidas para intentar calmar esta inestabilidad.

Las nuevas Cortes destituyeron a Alcalá Zamora y nombraron presidente de la República a Azaña, quien, al fallar en su intento de integrar a los socialistas en el Gobierno, nombró como jefe de Gobierno a Santiago Casares Quiroga.

La Escalada de Violencia y el Camino hacia la Guerra Civil

El Gobierno tuvo que afrontar numerosos problemas que no supo cómo solucionar: aumentaron los precios y el paro, hubo graves huelgas organizadas por la CNT, ataques a conventos e iglesias, y enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad. Además, un sector del PSOE se unió al sector más radical de la UGT, y la CEDA se acercó a la Falange.

El Gobierno detuvo a José Antonio Primo de Rivera y cerró sus sedes, pero esto no detuvo la creciente violencia social, de la cual eran partícipes tanto la izquierda como la derecha. El bloque liderado por Calvo Sotelo y la prensa católica incitaban a la rebelión.

Un sector del ejército y de la extrema derecha comenzó a planificar un golpe de Estado, algo que el Gobierno intentó impedir separando a los generales, pero estos se volvieron a reunir y decidieron dejar la jefatura de la sublevación en manos del general Sanjurjo. Contó con el apoyo de los partidos monárquicos y la Falange. Finalmente, el asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 fue el detonante del levantamiento militar, lo que favoreció la entrada de Francisco Franco en la escena política.

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