El Segundo Reich Alemán: Unificación, Poder y Transformación Europea (1871-1914)
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El Segundo Reich Alemán: Unificación y Ascenso de una Potencia (1871-1914)
La Fundación del Segundo Reich Alemán
En 1871 se creó el Segundo Reich Alemán. Dos hechos fundamentales lo favorecieron: la unificación de Alemania en torno a Prusia y la decisiva victoria de Prusia sobre Francia en la Batalla de Sedán. La proclamación de Guillermo I como emperador alemán en Versalles en 1871 selló este proceso. La fundación del II Reich supuso la aparición de una gran potencia que cambió el equilibrio de poderes en Europa.
Expansión Económica y Organización Política
La unión aduanera de 1834 y el desarrollo industrial y ferroviario anterior a 1870 contribuyeron significativamente a la unificación política alemana y sentaron las bases de la potencia económica del país. Faltaba la unificación monetaria, que se logró en 1871 con el marco, y en 1875 se creó el Banco Imperial.
La política ferroviaria fue fundamental, y la economía experimentó un gran crecimiento en sectores como la industria textil y siderúrgica, la minería y los transportes. Este auge fue favorecido por la anexión de Alsacia y Lorena y por un intenso proceso de concentración financiera y empresarial. Como resultado, Alemania se convirtió en la mayor potencia industrial de Europa a fines del siglo XIX.
El sistema político alemán concedía amplios poderes al emperador. Los principales partidos políticos eran:
- Liberales, que se dividían entre nacionales e izquierdistas.
- Conservadores, que tenían gran peso entre la burocracia prusiana.
- Los socialdemócratas, nacidos en 1875, de ideología marxista, aunque convivían diversas corrientes, a veces enfrentadas.
- El Zentrum, un partido católico de centro.
Bismarck, Canciller del Reich (1871-1890)
Otto von Bismarck fue canciller del Reich desde 1871 hasta su dimisión en 1890. Su política interior y exterior consistía en dar seguridad al Imperio, y se plasmó en una estrategia preventiva para evitar enfrentamientos.
La primera batalla interna con la que se encontró fue con la Iglesia católica en la llamada Kulturkampf (lucha por la cultura). Bismarck veía con recelo la unión de los católicos de toda Europa, percibiendo una amenaza para la unidad alemana. La Kulturkampf era una política que implantaba la separación Iglesia-Estado, la enseñanza pública y el control estatal del clero. Poco a poco, Bismarck fue abandonando esta política y acercándose al clero, y en 1887 se abolieron las leyes anticlericales.
Se enfrentó también contra los socialdemócratas, a quienes consideraba el germen de la revolución. A pesar de su aversión a los socialistas, aprobó tres leyes sociales fundamentales: sobre el seguro de enfermedad, vejez y accidentes laborales.
En la década de 1880, Bismarck tuvo problemas al no apoyar la política colonial, una postura que chocaba con los intereses de comerciantes y banqueros. Tras la muerte de Guillermo I, el nuevo emperador Guillermo II, con quien Bismarck no sintonizó, lo que llevó a su dimisión en 1890.
La Alemania de Guillermo II (1890-1914)
Con la marcha de Bismarck, la política alemana sufrió cambios importantes. Guillermo II mostraba un gran interés por la expansión imperialista y el desarrollo de la marina y el ejército. En política interior, el objetivo del emperador era conseguir mayor poder a costa del canciller.
Von Bülow, canciller desde 1890, apoyó la política expansionista, lo que llevó a la formación de la Liga Naval o la Liga Imperial. El creciente belicismo alemán despertó el recelo en el resto de países europeos, como Francia, que temían verse perjudicados.