La Señorita Julia de Strindberg: Naturalismo, Determinismo y Conflicto Social en el Teatro
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La Señorita Julia: Un Drama Naturalista sobre Conflicto y Determinismo
La obra debe reflejar un tema de la vida misma, situado al margen de la política y que plantee un conflicto permanente. Como vemos, en La señorita Julia se refleja la sociedad sueca del momento, que incluye la lucha de clases, pero entendida como conflicto individual de ardua resolución.
Filosofía y Determinismo en la Obra
Si bien puede pensarse que la historia contada no podría suceder teniendo en cuenta la realidad, la obra acoge la línea de la filosofía positivista y es una clara muestra de la introducción del determinismo en el teatro. En la obra vemos cómo los personajes (su forma de pensar, sus aspiraciones, sus acciones) están determinados por su condición natural heredada, por su historia pasada y por las circunstancias específicas del momento presente, además de verse influidos por el personaje con el que están relacionándose.
Por ejemplo, la aversión de Julia hacia los hombres es producto no solo de la reciente ruptura del compromiso de la señorita con su prometido, sino también de la educación que su madre le inculcó desde pequeña y del mismo desprecio que recibe de Juan en el momento presente.
Contexto Social y Unidades Aristotélicas
La obra se sitúa en Suecia a finales del siglo XIX, donde hay una gran diferencia social entre ricos y pobres, debido a la inexistencia de una clase media. Esta obra cumple con las tres unidades aristotélicas:
- Acción: Se desarrolla en un solo acto.
- Tiempo: Transcurre durante la Noche de San Juan, desde el comienzo de la fiesta en el palacio del Conde (padre de la señorita Julia) hasta el amanecer.
- Espacio: Principalmente la cocina del palacio, con un espacio secundario en el jardín.
La Noche de San Juan: Símbolo y Crítica
Se le da gran importancia al significado de la Noche de San Juan, porque es una festividad asociada a la inocencia. Strindberg critica esto con el comportamiento de los presentes en la fiesta, como el desprecio hacia Julia o la gran desigualdad social, y también con la relación entre Julia, Juan y la sirvienta Cristina.
El Espacio como Elemento Dramático
El espacio en el que transcurre la obra se sitúa en la cocina del palacio de la señorita Julia. La acción se desarrolla en un espacio poco común, porque la cocina no es un sitio lujoso y se puede palpar la cercanía que siente Julia con sus sirvientes, hecho contradictorio en la época en la que se desarrolla la pieza. La cocina representa la vida cotidiana de los sirvientes de los nobles. Este lugar convierte a Julia en una persona común, con pasiones y emociones equivalentes a los de sus siervos, por lo que la transforma y la hace ser más terrenal y cercana.
La obra no se podría entender si no transcurriese en este lugar, ya que lo convierte en un muro que separa la clase baja y la adinerada y, al romper esta barrera, la señorita Julia, la obra comienza a avivarse y a cargarse de emociones que, para la época, los ricos no podían compartir con los pobres.
También hay un espacio secundario, que es el jardín del palacio donde acontece la fiesta, en la cual Julia no quiere estar por la aversión no explícita que siente hacia los invitados. Realmente, la obra no tendría sentido si no existiese ese espacio, y es la causa de la justificación de Strindberg para crear el espacio donde transcurre la acción, la cocina, siendo más terrenal y emotivo.