Los sesgos de la autoevaluación en la evaluación de los servicios sociales
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Los sesgos de la autoevaluación
1. Sesgo: Instrumentación cuando el instrumento, por sí solo, introduce diferencias entre los sujetos implicados independientemente de su situación relativa en el rasgo o variable que se pretende medir. Ejemplo: el lenguaje en los test que puede tener distinta dificultad para unos sujetos u otros. Otro ejemplo es el producido en los instrumentos de evaluación que utilizan preguntas abiertas (entrevistas, cuestionarios, diarios, autorreflexión) apareciendo el sesgo instrumental en la interpretación de las respuestas y en el juicio emitido por el evaluador.
2. Efecto reactivo al programa: se produce por la mera existencia del programa de evaluación que no tiene relación con el programa a evaluar. Estos efectos se pueden producir entre los sujetos observados y en los evaluadores y puede tener su origen en el contexto y en los instrumentos de evaluación.
Dentro de los efectos reactivos están:
- Efecto Hawthorne: se produce cuando un sujeto se da cuenta de que es motivo de evaluación modificando su comportamiento.
- Efecto John Henry: consiste en producir una fuerte reacción competitiva.
El tercero de los sesgos es el efecto Halo: aparece cuando en una evaluación se utilizan jueces para puntuar a los sujetos en una serie de rasgos de conducta. Puede ocurrir que los juicios se emitan en base a la impresión general sobre el sujeto más que a la impresión de un rasgo específico.
El último es el producido por los límites en el instrumento de medición. En ocasiones al aplicar una escala o test, se obtienen muchas puntuaciones que están en el máximo y en el mínimo, de forma que la estructura del propio instrumento hace el papel de barrera en cuanto a las puntuaciones que realmente debieran obtener los sujetos. Se produce un efecto techo cuando el instrumento corta las puntuaciones por arriba y el efecto suelo cuando las corta por abajo.
Nivel de análisis en la evaluación de los servicios sociales
3 niveles:
Nivel global, molar o holístico
Considera la evaluación como un todo en el que todas las partes, todos los sujetos implicados y todas las fases del desarrollo de un programa deben ser tenidas en cuenta de manera global. Algo novedoso al aplicar el modelo ecológico al estudio y comprensión de las organizaciones. El modelo ecológico aplicado a los servicios sociales los considera como un ecosistema: “conjunto de organismos de un ambiente determinado” y basa la evaluación en los siguientes postulados:
Nivel de análisis parcial o molecular
Delimitar la evaluación de los servicios sociales o de un programa, a un aspecto o parte de la totalidad, como puede ser los usuarios profesionales, la intervención de un aspecto, redes de información, etc. Permite una visión más detallada y compleja, incluso más fiable y válida porque al ser menos variables las que se manejan permite medirlas mejor. Peligro de perder la referencia integradora de todo el proceso.
Nivel de análisis mixto
Caracterizado por contar de partida con un cto global o gral del programa o de los servicios sociales y a través del mismo detectar-función diagnóstica de la evaluación- los niveles, funciones, actitudes, relaciones o comportamientos que parecen poner de manifiesto dificultades, problemas, conflictos e irregularidades. Un determinado estudio de las dificultades permite, tras decidir un orden de prioridades, la toma de decisiones de mejora y la posterior evaluación parcial, localizada en tales aspectos, más detallada y profunda que la global.