Sexenio Democrático en España: Revolución, Constitución de 1869 y Fin de la Monarquía

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El Sexenio Democrático en España: Revolución, Constitución de 1869 y Fin de la Monarquía

A partir de 1869 suceden en Europa revoluciones democráticas en las que también participa la clase obrera exigiendo cambios democráticos y derechos sociales. En septiembre de 1869 se produce en España una profunda crisis económica, política y social. Ante esta tesitura, la Unión Liberal (General Serrano), el Partido Progresista (General Prim) y el Partido Demócrata se unen tras firmar el Pacto de Ostende, para derrocar a Isabel II de Borbón. Tras el levantamiento militar, la reina huye a Francia. Se inicia así el Sexenio Democrático, un periodo revolucionario que implicó la democratización del sistema y el cambio de dinastía. Tras la Revolución Gloriosa de septiembre de 1868, inmediatamente se estableció un gobierno provisional (1868-1871) presidido por el General Serrano y se convocaron elecciones por sufragio universal masculino en las que venció el Partido Progresista. La primera tarea va a ser redactar una nueva constitución en la que se va a notar la influencia ideológica del Partido Progresista. Este gobierno tuvo que hacer frente al descontento del incipiente movimiento obrero (anarquismo y socialismo).

La Constitución de 1869

La renuncia del rey dará lugar a una república en la que no cree casi nadie, con enfrentamientos con los nacionalistas y las divisiones entre unionistas y federales. El fallido experimento de la república dará paso a la Restauración de los Borbones, en un intento de vuelta a la calma. En el exterior, la situación está condicionada por el estallido de la primera guerra en Cuba, buscando mayor autonomía e incluso la independencia.

Se trata de una Constitución democrática cuyo texto está compuesto por 112 artículos, influido por la Constitución belga de 1831 y la estadounidense de 1787. Hasta la de 1931 fue la constitución más avanzada del país y constituyó un intento fallido de democratizar España. Establece en el Preámbulo la soberanía nacional de base popular y proclamaba la división de poderes y una amplia declaración de derechos. La Constitución de 1869 no sólo era la más liberal de las que se habían promulgado en España, sino que también se colocaba a la vanguardia de las europeas de ese momento. Está considerada por muchos como la primera constitución democrática del Reino de España, ya que otorgaba un gran papel a las Cortes, que serían el máximo órgano de representación de la nación, porque no solo legislaban, sino que controlaban al gobierno y limitaban el poder del monarca. Además, se anticipó varias décadas a otros países europeos en cuanto a los logros políticos y sociales alcanzados. Sin embargo, no fue satisfactoria para casi nadie: los republicanos se opusieron al principio monárquico, los católicos a la libertad religiosa, los librepensadores al mantenimiento del culto. Pareció demasiado avanzada a muchos y tímida a otros.

El Fin del Sexenio Democrático

Tras el fracaso de la nueva monarquía encarnada en Amadeo I de Saboya (1871-1873), se establece un sistema republicano en España (1ª República) que va a elaborar su propia Constitución pero que nunca se pondrá en práctica porque a comienzos de 1874 el General Pavía da un golpe de Estado que va a acabar con el Sexenio Democrático para dar paso al sistema de la Restauración Borbónica.

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