La Sexualidad Humana y el Matrimonio Cristiano
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La Sexualidad Humana
La persona es una totalidad de cuerpo y alma. Yo soy mi cuerpo y por ello la persona es una persona sexuada: masculina o femenina.
La sexualidad no es una mera cualidad, esta define al hombre y a la mujer en planos psicológico, afectivo y espiritual.
La sexualidad no se reduce en la búsqueda de placer o descendencia. La relación sexual es algo muy profundo ya que lo instintivo se convierte en una relación interpersonal donde esas personas no se reducen a ser productoras de hijos. En ese momento esas dos personas se encuentran y buscan un proyecto conjunto y esto es posible porque el hombre y la mujer se complementan el uno al otro.
Dios nos muestra que la sexualidad es algo sagrado lleno de valor y de belleza pues todos llegamos a la vida por ella, además significa el compromiso y la entrega a otra persona. Por eso es muy triste que la sexualidad se reduzca a simple juego erótico, pero la pasión puede cegar la razón y por eso Dios nos ha querido ayudar mediante el Decálogo. Los mandamientos potencian nuestra libertad, no nos la quitan, y gracias a ellos podemos llegar a alcanzar la felicidad.
La Castidad
Mucha gente quiere un mundo lleno de respeto y amor hacia los demás, una forma de lograrlo es a partir de la virtud de la castidad. Esta requiere una gran comprensión de la persona amada, del valor del compromiso, del matrimonio y de la virginidad. Para amar a alguien hay que conocerlo y respetarlo. Controlar el impulso sexual no es fácil pero el bien que custodia el amor hace que el esfuerzo valga la pena.
La virtud de la castidad consiste en ordenar la sexualidad a las metas que nos imponemos mediante la razón, el respeto a la persona amada y la cooperación con Dios. No supone el rechazo de la sexualidad. Para vivir la castidad necesitamos la ayuda de la gracia y el esfuerzo personal, los medios son la oración, el sacrificio, recibir los sacramentos y la devoción a la Virgen María.
El Noviazgo
El amor necesita madurar desde el primer momento hasta el amor adulto. Ese amor crece cuando hay amistad, es decir, querer conocer y compartir vivencias con esa persona. En este periodo de novios profundizan en el conocimiento mutuo y se abren a la posibilidad de construir un mismo proyecto de vida.
Es una preparación para el matrimonio, a pesar de su intensidad aún no hay un compromiso definitivo y público. Para llegar al matrimonio debe ser verdadero amor, es decir, debe suponer entrega del cuerpo, el proyecto de vida, de intimidad, etc.
Teniendo en cuenta lo anterior, la Iglesia no puede aceptar las uniones a prueba que consiste en mantener relaciones sexuales prematrimoniales cuando existe intención de casarse ya que éstas no garantizan que la relación esté asegurada y protegida.
El Matrimonio
El matrimonio es una alianza por la que el hombre y la mujer forman conjuntamente una íntima comunidad de vida y amor. El matrimonio debe ser monógamo (de un solo hombre o de una sola mujer), indisoluble pues la unión matrimonial implica la entrega mutua e incondicional de cada uno y orientado a la procreación. Si nos entregamos completamente debemos ser correspondidos de igual forma y con exclusividad. De ahí la exigencia de la fidelidad y de la monogamia. También, los hijos demandan esa exclusividad, no hay que sustituir totalmente a los padres por otras personas.
La Familia y la Sociedad
La sociedad occidental está llena de desajustes, estos tienen su origen debido a cuatro elementos:
- Las realidades humanas se tienen como realidades cerradas a la trascendencia.
- El matrimonio se considera como una simple relación afectiva.
- Separar la libertad del bien humano nos lleva a dejarnos dirigir por los sentimientos y los impulsos más irracionales. La libertad queda reducida a la capacidad de elección personal por lo que lo importante es que yo elijo y no que lo que yo elijo es lo mejor.
- Está ideal de vida individualista no nos permite construir una auténtica comunidad de personas ni establecer vínculos profundos con ellas.
Los nuevos modelos de familia: Si esa unión no contempla la posibilidad de tener hijos, la relación se establece por un tiempo limitado o si se estableciera la condición de que hubiera hijos no estaríamos hablando de matrimonio.