El Siglo de Oro Español: Esplendor Cultural y Artístico del Siglo XVII
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El Siglo de Oro Español: Esplendor Cultural del Siglo XVII
La Cultura Barroca: Un Fenómeno de Masas
La cultura barroca se dirige a las masas, hace propaganda de sus valores; es una cultura teatral y emocional donde el honor y la honra son exaltados por los escritores. Lo religioso tiene una gran aceptación y difusión.
Literatura del Siglo de Oro: Maestros de la Palabra
En el ámbito de la literatura, cabe mencionar el género novelesco de Cervantes y su obra cumbre, El Quijote (1605 y 1614), así como la picaresca de Mateo Alemán. La poesía cuenta con los insignes Góngora y Quevedo, mientras en los corrales de comedias se representaban tragedias o comedias de Lope de Vega y Pedro Calderón de la Barca.
Arquitectura Barroca Española: Innovación y Decoración
Se produce una interrelación de las artes, cuyo mejor ejemplo es el urbanismo de plazas mayores. La arquitectura emplea materiales sencillos (como el ladrillo) que compensa con la decoración. Se suceden las distintas tendencias, comenzando por el estilo posherreriano, representado por Juan Gómez de Mora y sus obras madrileñas como la Plaza Mayor y el Ayuntamiento. Un barroco decorativo y de plantas ovales se realiza en el Panteón del Escorial y en las Bernardas de Alcalá de Henares. Por último, el estilo churrigueresco es ejemplificado por José Benito Churriguera en el retablo del convento de San Esteban de Salamanca.
Escultura Barroca: Realismo y Devoción
La escultura se caracteriza por un predominio de la imagen religiosa de carácter realista. Se trabaja en madera policromada, donde abundan los pasos de Semana Santa. Los contrastes son claros entre una escuela castellana, con Gregorio Fernández y sus obras como el Cristo Yacente y la Piedad, y en el otro extremo, la escuela andaluza, de belleza amable y serena, con autores como Martínez Montañés y Alonso Cano.
Pintura Española del Siglo XVII: Cumbres del Arte Universal
La pintura alcanza la cima europea con temas religiosos, bodegones y retratos, impulsada por las numerosas solicitudes de órdenes religiosas. Se pinta de manera realista y con luz focal (tenebrismo o claroscuro) en las manos de sus pintores principales, José de Ribera y el pintor de series monacales Francisco de Zurbarán. La pintura de Velázquez sobresale por su variedad y calidad. Después de unos inicios naturalistas, consigue un puesto en la corte y aumenta la solicitud de retratos, tales como Felipe IV y el Papa Inocencio X. Trata temas mitológicos, como en La fragua de Vulcano; históricos, como en La Rendición de Breda; y religiosos, como el Cristo crucificado. Pero Velázquez es considerado el maestro de la perspectiva aérea, tal como lo plasma en Las Hilanderas y en Las Meninas. El barroco más decorativo lo representa Bartolomé Esteban Murillo con un sentimental y rico colorido que plasma en sus Inmaculadas o en escenas callejeras de pilluelos.