El Siglo XVII: Cuna de la Filosofía Moderna, Racionalismo y Empirismo

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El Siglo XVII: Transformaciones y el Nacimiento de la Filosofía Moderna

Contexto Histórico y Sociopolítico

En el siglo XVII, con el auge del capitalismo, surgió un nuevo orden político, social y económico en Europa. Fue un tiempo de profunda inestabilidad, pobreza y epidemias. La hegemonía europea se desplazó, con Francia emergiendo como nueva potencia mundial, enfrentada al Imperio Español y su consecuente declive. Paralelamente, se intensificó el desarrollo del comercio entre Europa y América.

Destacamos la influencia de la Reforma, iniciada por Lutero y Calvino, que supuso una recristianización y un aumento del control ideológico por parte de las iglesias. A nivel cultural, esa ruptura se plasmó en el arte barroco, reflejo de la tensión y el dinamismo de la época.

La Revolución Científica y el Nuevo Método

La Revolución Científica supuso un fuerte impulso con la aparición de las primeras academias científicas, el cuestionamiento de la física aristotélica y los avances de Kepler en astronomía. Se desarrolló una ciencia que se fundamenta en la experiencia y en razonamientos matemáticos, lo que propició el desarrollo de un método científico riguroso.

René Descartes, a pesar de su formación, cuestionaba la base de su conocimiento intelectual. En su obra fundamental, el Discurso del Método, rechazaba la posibilidad de llegar a la verdad absoluta, proponiendo dudar de todo. En la base de su Discurso, la duda pierde su carácter escéptico y se transforma en duda metódica, que da origen al racionalismo y aspira a conocer la realidad mediante la razón.

Racionalismo y Empirismo: El Debate Epistemológico Central

En este contexto, surgieron dos grandes corrientes filosóficas: los empiristas, que defendían que el conocimiento se alcanza partiendo de la experiencia sensible, y los racionalistas, que pensaban a partir del rechazo de los sentidos y la primacía de la razón. Ambas corrientes, sin embargo, ponían al ser humano en el centro de sus reflexiones. En definitiva, la filosofía del siglo XVII destaca por el conflicto entre el racionalismo y el empirismo, en una dialéctica histórica y filosófica fundamental.

Descartes y su Legado: Diálogo con el Vitalismo y el Historicismo

La Influencia de Descartes y el Contraste con Pensadores Posteriores

RELACIÓN: Descartes, como iniciador de la filosofía moderna, influyó en muchos autores posteriores a él. Su pensamiento, sin embargo, contrasta con la exaltación de la vida como realidad defendida por autores posteriores como Nietzsche y Ortega y Gasset.

Descartes, en su método, dejaba al margen la circunstancia, la perspectiva y la historia. Pensadores historicistas y vitalistas, por tanto, rechazaron el pensamiento de Descartes, especialmente su célebre Cogito, ergo sum ('Pienso, luego existo'), por no tener en cuenta el exterior o la circunstancia.

El Sujeto: De la Sustancia Pensante a la Circunstancia Vital

Para Ortega y Gasset, el sujeto no es una sustancia aislada, sino un destino sometido al devenir de la vida y sus circunstancias, mientras que en Descartes es una res cogitans o sustancia pensante. Para Ortega, el conocimiento es siempre una perspectiva que depende del sujeto y su circunstancia; solo Dios, para él, podría contemplar el conjunto de todas las perspectivas.

Para Descartes, Dios es el fundamento cognoscitivo, la garantía de la existencia del yo y de la validez de la razón pura. Así, el 'yo' en Descartes se expresa estricta y formalmente en el Cogito, ergo sum ('Pienso, luego existo'), mientras que para Ortega es el célebre 'Yo soy yo y mi circunstancia'.

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