El Signo Lingüístico y los Cambios de Sentido en las Palabras
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El Signo Lingüístico
El lenguaje verbal se compone de un tipo especial de símbolo: el signo lingüístico. Según Saussure, es una unidad inseparable con dos planos: el significante (o expresión) y el significado (o contenido). Además de esta composición, se caracteriza por los siguientes rasgos:
- Arbitrariedad: La relación entre significante y significado es inmotivada, es decir, producto de la voluntad humana.
- Convencionalidad: Los usuarios de una misma lengua deben aceptar los signos que la componen, cuyos valores se han acordado a lo largo de su historia.
- Inmutabilidad sincrónica: En un tiempo concreto, ningún hablante puede cambiar voluntariamente el valor de un signo, ya que corre el riesgo de no ser entendido. Este rasgo es consecuencia de su convencionalidad.
- Mutabilidad diacrónica: A lo largo del tiempo, los signos pueden cambiar tanto en su forma como en su contenido.
- Doble articulación: Cualquier mensaje se puede descomponer en unidades mínimas con significado, los monemas, que constituyen la primera articulación. Estos, a su vez, admiten una segunda articulación, segmentándose en unidades más pequeñas sin significado: los fonemas. Estas unidades mínimas, a pesar de no tener significado, permiten construir infinidad de mensajes completos. Así, con un número limitado de fonemas, podemos construir un número ilimitado de textos.
Los Cambios de Sentido en las Palabras
Las palabras, como los seres vivos, pueden sufrir modificaciones a lo largo del tiempo, tanto en su forma como en su significado. A esto nos referiremos en este apartado.
Denotación y Connotación
Hablamos de denotación cuando una palabra posee un significado que comparte toda la comunidad lingüística. Junto a la denotación, hablamos de connotación, que es la acción de conllevar la palabra, además de su significado propio o específico, otro u otros por asociación. Existen dos tipos principales de connotación:
- Generalizada: El significado connotativo es conocido por la mayoría de los hablantes. En ocasiones, puede llegar a ser más habitual que el propio significado denotativo. Por ejemplo, siniestro, que se emplea fundamentalmente con el sentido de malintencionado o funesto, antes que con el significado de izquierdo.
- Individual: Es el significado añadido que un individuo concreto aporta a una palabra. Son fundamentales en el ámbito literario.
Cambio Semántico y Cambio Lexicológico
Entendemos por cambio semántico todo cambio permanente de significado en las palabras. Este cambio puede deberse a muchas razones, de carácter extralingüístico. Los cambios semánticos se producen debido a mecanismos como la metáfora.
- La metáfora: Es el cambio de significado entre dos palabras que tienen alguna semejanza.
Un cambio lexicológico consiste en la alteración de un significante por diversas razones: tabú, eufemismo o etimología popular.
- Tabú: Es toda palabra cuyo uso es poco recomendable por estar socialmente mal vista y tener connotaciones negativas. En su lugar, suele recurrirse a los llamados eufemismos, mediante los que evitamos el término desprestigiado. La sustitución eufemística afecta, básicamente, a cuatro grupos de palabras:
- Las que aluden al sexo.
- Las que se refieren a razas y creencias.
- Las que designan profesiones socialmente poco valoradas.
- Las que se refieren a enfermedades o a la muerte.
- Etimología popular: Forma de confusión habitual en personas con poca competencia lingüística, que atribuyen a una palabra un origen equivocado. El hablante asocia dos lexemas porque sus significantes se asemejan.