Simbiosis entre tradición y vanguardia en la poesía de Miguel Hernández

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Pero a partir de El rayo que no cesa (1936), la naturaleza se convierte en parte sustancial del imaginario poético hernandiano; ya no se trata tan solo de una fuente de inspiración, sino que se integra en la temática creando símbolos y sistemas de asociaciones. Así, las flores, vergeles y vegas remiten al amor; el huerto, a la fecundidad; y el oasis, a la amada. Surge de este modo el campo asociativo del viento, que encarna las ansias de libertad, o de la tormenta, representación del dolor.

La poesía hernandiana se nutre, de símbolos del animalario. Desde El rayo que no cesa hay un paralelismo simbólico entre el poeta y el otro de lidia, destacando en ambos su destino trágico de dolor y muerte. Símbolo de la primavera en el huerto hernandiano se convertirá en el trasunto del poeta-cantor del pueblo.

Por otra parte, la poesía del oriolano se modula en torno a otros tres grandes motivos, de la poesía de siempre: el amor, la vida y la muerte.

El rayo no cesa, nos remite al Cancionero de Petrarca.

Viento del pueblo (1937), en el que el tema del amor se funde con una poética de combate y se supedita al enfoque político-social.

A medida que avanza el conflicto bélico. El tono vigoroso, entusiasta, combativo y vital de Viento del pueblo se atempera en El hombre acecha (1939), un texto donde el poeta pasa de cantar a susurrar amargamente.

Las últimas vivencias del poeta se plasma en su último poemario: Cancionero y romancero de ausencias. Esta obra póstuma se fue nutriendo con poemas escritos desde la cárcel que los editores recogieron posteriormente. El oriolano alcanza así la madurez poética con unas composiciones que beben de la sencillez de la lírica popular y abordan los temas más obsesionantes de su mundo lírico: el amor, la vida y la muerte.

Se puede concluir que en la obra de Miguel Hernández se origina una clara simbiosis entre tradición y vanguardia, y que el predominio de una u otra influencia viene determinado por la propia evolución del artista y por las necesidades expresivas de cada etapa.

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