Símbolos y Reflexiones en la Poesía de Machado: Un Viaje a Través de Soledades

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El quinto serventesio está dominado por la idea del "agua", se ve claramente que la vida transcurre para nuestro autor. "El agua rizada" nos simboliza una vida que transcurre llena de enredos, pero el otro adjetivo: "clara" nos determina la vida sencilla, humilde y de transparencia, como así nos indica el adjetivo que califica a "agua".

El siguiente serventesio, el sexto, nos presenta el paisaje de las últimas colinas y aparece de nuevo su persona: "yo". Por lo que entendemos que en su transcurso vital de aquel momento se siente cansado, agotado, pesado por su angustia, su melancolía vital. Del verso 27 al 29, encontramos de nuevo el símbolo del agua que al parecer va cambiando porque la tarde va cayendo y las sombras van apareciendo. Él es capaz hasta de darle voz a esa agua, a la vida.

Este séptimo serventesio nos expresa la presencia de un viajero sobre una barca: el hombre en la vida. El hombre no es nada, existe un gran sentimiento de vanidad. Y por último declara que lo que nos espera a la desembocadura del río es la "mar", gran símbolo de la muerte.

Nos encontramos ahora con un pareado el cual en su primer verso nos expresa el paso de la vida "sombría" y en el segundo verso se nos manifiesta su pensamiento bajo la inserción de la persona "yo"; "(el alma mía!" exclamación cargada de emoción y sentido de admiración por su alma, su vida. El serventesio que acoge del verso 36 al 39 vuelve a invocar cómo es la "tarde", momento tan importante para él.

El antepenúltimo serventesio nos hace referencia al ambiente de una tarde de verano, mediante una metáfora “si estuviera sembrado de campanitas de oro” con la que interpreta el sonido de los insectos, le da sonoridad al campo. También se refiere al sol, mediante la metáfora “un lucero diamantino”.

Y por último afrontamos la última estrofa, Machado vuelve a hacer presente su persona: "yo". También nos vuelve a hacer referencia al tiempo: "tarde" y a su vez a la estación: "tarde polvorienta" propia del verano. Vuelve a presentar dos de sus elementos primordiales de esta obra y de otras muchas como son la "noria" y el "agua". "Caer el agua se oía": la vida sigue presente, el agua se mueve, no está estancada, es decir, la vida sigue pasando sin haber llegado a la muerte, pero una vez que el agua llegue a la mar, la muerte aparecerá.

Final de localización

Conclusión

Como conclusión: hemos apreciado un poema cargado de sentimientos en el que los símbolos han ocupado un papel principal. Machado se interroga sobre el transcurso de la vida, la melancolía lo cubre y recurre al mundo paisajístico que lo rodea para meditar sus pensamientos humanos que lo llevan a tal situación. Por todo esto, podemos decir que el poema pertenece, sin lugar a dudas, a *Soledades, Galerías y otros poemas*.

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