Simone de Beauvoir: Libertad, Sujeto Situado y Emancipación Femenina

Clasificado en Ciencias sociales

Escrito el en español con un tamaño de 3,85 KB

La Libertad y el Sujeto Situado en la Filosofía de Simone de Beauvoir

La idea de libertad, fundamental en el pensamiento de Simone de Beauvoir (S.B.), le permite juzgar la situación en la que se han encontrado las mujeres a lo largo de la historia.

Según S.B., todo sujeto humano es constitutivamente libre y solo se realiza como ser humano libre cuando se trasciende, es decir, cuando va más allá de su presente para elegir y realizar proyectos vitales que le abren nuevos horizontes en la vida. Existir es hacerse a sí mismo mediante proyectos elegidos libremente; existir es decidir y actuar.

El sujeto humano es un sujeto situado, esto es, un sujeto que vive y comparte su vida con otros sujetos (mitsein) en una sociedad y en un momento histórico determinado.

De esta manera, según S.B., el mal consiste tanto en renunciar a la libertad de uno mismo como en obstaculizar la libertad de los demás. Por el contrario, el bien consiste en procurar y permitir oportunidades para la acción de los otros, en facilitar la libertad ajena y asumir la libertad propia.

S.B. afirma que cuando un individuo pierde la autonomía y no decide por sí mismo, se cosifica, es decir, es utilizado y manipulado por otro; entonces, ese individuo deja de ser quien dirige su vida. A este estado en el que se encuentran algunos individuos lo denomina caer en la inmanencia o degradarse en un en sí.

Este caer en la inmanencia es lo que les ha ocurrido a las mujeres. La opresión que los varones han ejercido sobre ellas a lo largo de la historia ha forjado una situación que impide la autonomía femenina. La situación a la que han sido llevadas la mayor parte de las mujeres es una situación ambigua: por una parte, como todo ser humano, poseen libertad autónoma; sin embargo, los hombres les han impuesto vivir en dependencia respecto a ellos.

A las mujeres se les educa para que no sientan la necesidad de asumir su propia existencia, para que dimitan o abdiquen de su autonomía. Esto es, para que cedan a los varones su capacidad de elección, decisión y actuación. Esta dimisión de las tareas propiamente humanas es perjudicial para ellas porque pierden su autonomía, pero también lo es para ellos, que han de actuar de manera continua para mantener el sometimiento.

Lo que propone S.B. es la aceptación por parte de ambos del reconocimiento mutuo y el establecimiento de relaciones libres e igualitarias entre el hombre y la mujer. Ambos vivirían una existencia auténtica en la que estaría presente el reconocimiento y la aceptación tanto de la libertad propia como de la libertad de los demás.

Conseguir una existencia auténtica es una tarea que exige a la mujer un esfuerzo: luchar para que sea ella, y no el hombre, quien imponga fines y objetivos a su propia vida. No realizar ese esfuerzo significa tener mala fe, es decir, aceptar la condición en la que se está por comodidad, mentirse a sí misma. Cuando eso ocurre, se puede decir que la mujer huye de la libertad y cae presa de los deseos y la voluntad del hombre. Esta huida es para S.B. una falta moral. Se podría decir también que la mujer cae en la facticidad, en la aceptación de la situación social en la que ella es infravalorada.

Implicaciones Políticas y Sociales de la Libertad Femenina

Esta propuesta de libertad que hace S.B. a las mujeres conduce a la acción política. Conseguir una educación igualitaria, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y el acceso a métodos adecuados de control de la natalidad son algunas de las propuestas de transformación social que, según S.B., deben realizarse.

Entradas relacionadas: