Sincretismo Religioso en el Helenismo: Un Estudio de la Fusión Cultural
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Religiosidad Helenística
En el ámbito de las creencias religiosas, la época helenística presenta creaciones peculiares. A partir de Alejandro Magno el panorama religioso queda caracterizado por su gran colorido, la difusión de las divinidades griegas hasta los confines del Imperio y por la integración de las divinidades locales al panteón griego. Se crea así un lenguaje religioso común al tiempo que se mantiene una variedad de panteones específico para cada comunidad.
El culto al gobernante, el panteón tradicional y los dioses locales garantizaban una fina red de protección que podía adaptarse a cualquier situación y aumentaba la seguridad religiosa. A lo largo y ancho del mundo helenístico se construyeron templos dedicados a los dioses tradicionales de los griegos, y todas las grandes ciudades helenísticas poseían sus propios festivales religiosos griegos. Al mismo tiempo, los reyes helenísticos protegieron y renovaron el culto de los dioses nativos más importantes, y sus templos y sacerdotes continuaron su función.
La Incorporación de Dioses Locales
La incorporación de los dioses locales se efectúa mediante varios procedimientos. En ocasiones la divinidad local queda asimilada al dios griego con el que comparte competencias. En esa nueva identidad divina la invocación al dios indígena adopta la forma de epíclesis: Zeus Amón en Egipto, Zeus Labranios (dios de la mitología fenicio-chipriota, identificado con el dios Hadad), Zeus Casios (protector de los navegantes en la mitología siria), etc.
Sincretismo Religioso
Pero quizá el rasgo más interesante del helenismo es la fusión de ideas griegas y orientales que se documentan en todos los niveles de la sociedad, y muy especialmente en lo religioso. Esta mezcla de costumbres e ideas religiosas es denominada sincretismo. Un buen ejemplo de este fenómeno es la figura de Serapis.
El Caso de Serapis
Serapis fue una deidad greco-egipcia, creada ex novo en el siglo III a.C. bajo el auspicio del rey Ptolomeo I, como un medio para vincular a las comunidades de origen griego y egipcio de su reino a través de un dios híbrido capaz de satisfacer la religiosidad de ambas. Serapis será el heredero del difunto esposo de Isis, Osiris, el dios del mundo de los difuntos, del que toma su aspecto funerario. Por este motivo se asocia también al griego Plutón del que recibe sus atributos iconográficos. Su culto se extendió rápidamente por todo Egipto por impulso de los Ptolomeos, quienes construyeron un espléndido Serapeum en Alejandría, y su popularidad aumentó en época romana.