Síndrome de Realimentación: Causas, Manifestaciones y Manejo

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Síndrome de Realimentación

El síndrome de realimentación es una respuesta compleja y adversa del organismo que se presenta al inicio de la nutrición (oral, enteral o parenteral) en pacientes desnutridos.

Se caracteriza por la disminución en los niveles plasmáticos de electrólitos, principalmente de fósforo, potasio y magnesio, deficiencia de vitaminas, retención de sodio y agua.

Factores de Riesgo

  • Ayuno prolongado
  • Pérdida de peso aguda
  • Estrés más ayuno
  • Anorexia nerviosa
  • Alcoholismo crónico
  • Radioterapia
  • Quimioterapia
  • Cirugías mayores
  • Depresión
  • Desnutrición crónica (marasmo, kwashiorkor, malabsorción)

Fisiopatología de Electrólitos

La hipofosfatemia es la manifestación clave del síndrome de realimentación y la principal causa de morbimortalidad.

En periodos de ayuno existe una reducción plasmática de electrólitos, que se compensa con el movimiento de iones de la célula al plasma, con pérdida intracelular de electrólitos (magnesio, potasio y el más importante, fósforo) y líquido hacia el espacio extracelular para mantener los niveles séricos. Debido a esto, los pacientes desnutridos tienen depleción de electrólitos, en especial de fósforo corporal total, a pesar de mantener niveles plasmáticos normales o por el límite inferior normal.

El inicio de la nutrición induce un cambio en el metabolismo de lípidos y proteínas a carbohidratos. La glucosa se convierte en el principal sustrato energético, lo que promueve un aumento de la secreción de insulina. Este incremento promueve la captación celular de glucosa, magnesio, potasio y principalmente de fosfato.

El efecto de la insulina en los túbulos renales promueve la retención de sodio y agua, que induce un aumento en el volumen extracelular.

Manifestaciones Clínicas del SR

Cardiovasculares

  • Arritmias
  • Insuficiencia cardíaca
  • Muerte súbita

Musculoesqueléticas

  • Rabdomiólisis
  • Debilidad muscular
  • Mialgia y debilidad diafragmática

Neurológicas

  • Confusión
  • Delirio
  • Alucinación
  • Convulsiones
  • Parestesias
  • Tetania

Hematológicas e inmunológicas

  • Anemia hemolítica
  • Trombocitopenia

Respiratorias

  • Disnea
  • Insuficiencia respiratoria

Metabólicas

  • Hiperglucemia
  • Coma hiperosmolar no cetósico
  • Acidosis metabólica
  • Hiperglicemia

Medidas de Prevención

Prevención

Reconocer a los pacientes con factores de riesgo

Antes de iniciar la alimentación y en los primeros 5 días, monitorizar:

  1. Estado nutricional e hidratación
  2. Peso diario (no debe ser mayor de 1 a 2 kg por semana)
  3. Electrólitos séricos (sodio, potasio, fósforo, magnesio y calcio) diariamente
  4. Niveles de glucosa y albúmina (pre-albúmina)
  5. Función renal (urea y creatinina)
  6. Función cardíaca (taquicardia)

Iniciar el aporte nutricional con niveles más bajos (50%) de los requerimientos basales del paciente

  1. 20 cal/kg al día, 1-1.2 g de proteínas/kg, y 100-200 g/día de dextrosa
  2. Incrementar 200 calorías cada 24 a 48 horas
  3. Suplementar electrólitos

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