Sistemas Bismarckianos, Unificación Italiana y Causas del Imperialismo: Claves del Siglo XIX

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Los Sistemas Bismarckianos y la Configuración de Europa (1871-1893)

Los "Sistemas Bismarckianos" constituyen una serie de alianzas internacionales promovidas por el canciller alemán Otto von Bismarck, con el objetivo principal de aislar a Francia y mantener la hegemonía alemana en Europa tras la unificación del país en 1871. Estos sistemas se desarrollaron en tres fases:

Primer Sistema Bismarckiano (1871-1879): La Entente de los Tres Emperadores

La diplomacia bismarckiana logró la firma de dos acuerdos en 1873: uno germano-ruso y otro austro-ruso, que buscaban apaciguar las tensiones entre Rusia y Austria-Hungría por sus intereses en los Balcanes. Alemania, Austria-Hungría y el Imperio Ruso formaron la Entente de los Tres Emperadores, a la que se adhirió Italia en 1874.

La crisis en los Balcanes, sin embargo, puso a prueba esta alianza. La intervención rusa en apoyo de los eslavos contra el Imperio Otomano llevó a la firma del Tratado de San Stefano (1878), que creaba una "Gran Bulgaria" bajo influencia rusa. Este tratado fue revisado en el Congreso de Berlín (1878), donde Austria-Hungría obtuvo la administración de Bosnia-Herzegovina y el Reino Unido la cesión de Chipre. Rusia, sintiéndose humillada, se alejó de la Entente.

Segundo Sistema Bismarckiano (1879-1885): La Dúplice Alianza y la Renovación de la Entente

Alemania reforzó su posición central en la diplomacia europea. En 1879, se firmó la Dúplice Alianza entre Alemania y Austria-Hungría, un pacto defensivo contra Rusia. En 1881, se renovó la Entente de los Tres Emperadores, atrayendo nuevamente a Rusia a la órbita bismarckiana. Finalmente, en 1882, se creó la Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia, consolidando un bloque centroeuropeo.

Este período se caracterizó por un intenso rearme de las principales potencias, dando lugar a lo que se conoce como la Paz Armada (1879-1914).

Tercer Sistema Bismarckiano (1885-1893): El Tratado de Reaseguro y el Aislamiento Francés

Nuevas rivalidades entre Rusia y Austria-Hungría en los Balcanes, especialmente por la cuestión búlgara, amenazaron nuevamente el equilibrio europeo. Bismarck logró la firma de dos nuevos tratados: uno entre Alemania y Austria-Hungría, y otro secreto con Rusia, conocido como el Tratado de Reaseguro (1887). Estos acuerdos garantizaban la estabilidad en los Balcanes y mantenían el aislamiento de Francia.

El acercamiento anglo-italiano, motivado por la rivalidad colonial con Francia, complementó el sistema bismarckiano. Sin embargo, la destitución de Bismarck en 1890 y la no renovación del Tratado de Reaseguro por parte de Alemania, propiciaron el acercamiento entre Francia y Rusia, que firmaron acuerdos en 1891 y 1892, uno político y otro militar, rompiendo el aislamiento francés.

La Unificación Italiana (1859-1870)

La unificación italiana, conocida como el Risorgimento, fue un proceso político y social que culminó con la creación del Reino de Italia en 1861, y su posterior completación en 1870.

Estados Previos a la Unificación

Italia estaba dividida en varios estados:

  • Lombardía y Véneto (bajo dominio austríaco)
  • Reino de Piamonte-Cerdeña
  • Ducados de Parma, Módena y Toscana
  • Reino de las Dos Sicilias
  • Estados Pontificios

Protagonistas y Apoyos

  • Rey: Víctor Manuel II de Saboya.
  • Dinastía: Casa de Saboya.
  • Reino Protagonista: Reino de Piamonte-Cerdeña.
  • Dirigente Principal: Conde de Cavour, primer ministro de Piamonte-Cerdeña.
  • Grupo Social de Apoyo: La burguesía liberal.
  • Otros Dirigentes: Giuseppe Garibaldi y su expedición de los "Mil Camisas Rojas".

Modelos de Unificación

Se propusieron varios modelos:

  1. República unitaria.
  2. Confederación de estados presidida por el Papa.
  3. Monarquía constitucional bajo la dinastía de Saboya (modelo que triunfó).

Actuaciones Previas y Guerras

Cavour llevó a cabo una hábil política para:

  1. Convertir la unificación italiana en una cuestión internacional.
  2. Buscar apoyos internacionales, como el de Francia (Acuerdos de Plombières, 1858).

Guerras clave:

  • Guerra de Crimea (1853-1856): Participación de Piamonte-Cerdeña junto a Francia y Gran Bretaña contra Rusia, lo que le permitió ganar prestigio internacional.
  • Guerra contra Austria (1859): Batallas de Magenta y Solferino. El Tratado de Villafranca (1859) otorgó Lombardía a Piamonte, pero no Véneto.
  • Expedición de los Mil Camisas Rojas de Garibaldi (1860): Conquista del Reino de las Dos Sicilias.
  • Guerra Austro-Prusiana (1866): Italia se alió con Prusia y obtuvo Véneto tras la derrota austríaca.
  • Guerra Franco-Prusiana (1870): La retirada de las tropas francesas de Roma permitió la ocupación italiana y la proclamación de Roma como capital del Reino de Italia.

Causas de la Expansión Imperialista (Finales del Siglo XIX)

El imperialismo, entendido como la expansión territorial y el dominio político y económico de las potencias europeas sobre otras regiones del mundo, se intensificó a finales del siglo XIX por diversas causas:

Causas Económicas

La Segunda Revolución Industrial generó un aumento de la producción y la acumulación de capitales en los países industrializados. Esto llevó a:

  • La necesidad de buscar nuevos mercados para exportar los excedentes de producción.
  • La búsqueda de materias primas baratas (minerales, caucho, algodón, etc.) para abastecer a las industrias.
  • La inversión de capitales en las colonias, donde se obtenían mayores beneficios debido a la mano de obra barata y la ausencia de competencia.
  • Las leyes de las metrópolis impedían la competencia de otras potencias en sus colonias, creando mercados cautivos.

Causas Políticas

  • La necesidad de ampliar las zonas de influencia para aumentar el poder y el prestigio internacional.
  • El control de rutas marítimas y terrestres estratégicas para el comercio y la defensa.
  • La competencia entre las potencias europeas por el dominio de territorios y recursos.

Causas Ideológicas

  • El auge del nacionalismo exacerbó el sentimiento de superioridad de las naciones europeas y su "misión civilizadora" sobre otros pueblos considerados inferiores.
  • Se extendió una mística imperialista, mezcla de exaltación de los valores nacionales, voluntad de poder y sueños de grandeza.
  • El darwinismo social, una interpretación errónea de la teoría de la evolución de Darwin, justificaba la dominación de los pueblos más "fuertes" sobre los más "débiles".

Causas Religiosas

  • Las misiones católicas y protestantes protagonizaron una intensa labor evangelizadora y, en algunos casos, humanitaria, en las colonias. Sin embargo, esta labor también sirvió como justificación para la expansión imperialista y la imposición de la cultura occidental.

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