Sistemas Circulatorios en Animales: Función, Tipos y Líquidos Esenciales
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Introducción a los Sistemas Circulatorios
La circulación interna, fortuita y basada en la acción mezcladora de los líquidos internos, es suficiente para animales lentos y relativamente pequeños.
Los animales más complejos, sin embargo, requieren transportar el líquido circulante en direcciones particulares y a sitios determinados. Para ello, necesitan que este fluido sea conducido a través de tubos o vasos sanguíneos de un sistema circulatorio impulsado con velocidad, lo cual se logra creando presión en el líquido mediante un sistema de bombeo.
La misión fundamental de los líquidos circulantes consiste en transportar hasta las células los nutrientes absorbidos en la digestión y el oxígeno captado por las superficies respiratorias, y retirar productos de la excreción y el dióxido de carbono.
Tipos de Líquidos Circulantes
Los líquidos circulantes más característicos son la sangre, la hemolinfa, la linfa y la hidrolinfa:
- Sangre: Presente en anélidos y vertebrados. Contiene plasma y células (eritrocitos, leucocitos y plaquetas). Los eritrocitos de los vertebrados contienen hemoglobina; los anélidos pueden contener hemoglobina o hemeritrina.
- Hemolinfa: Líquido circulante relacionado con las cavidades del celoma (hemocele) de moluscos y artrópodos. Contiene hemocianina para el transporte de oxígeno y fagocitos, encargados de eliminar elementos extraños.
- Linfa: Circula por el interior del sistema linfático, característica de los vertebrados. Contiene plasma y linfocitos.
- Hidrolinfa: Líquido circulante de los equinodermos que transporta nutrientes y residuos metabólicos, pero no oxígeno.
Clasificación de los Sistemas Circulatorios
El sistema circulatorio puede ser: sistema cardiovascular (presente en gran parte de los invertebrados y en todos los vertebrados) y sistema linfático (solo en vertebrados).
El Sistema Circulatorio Cardiovascular
El sistema circulatorio cardiovascular puede ser abierto o cerrado, y tiene tres componentes básicos: una bomba muscular (el corazón), una serie de tubos o vasos sanguíneos y un fluido circulante (sangre o hemolinfa).
Este sistema transporta un fluido, impulsado por el corazón, a través de un circuito de vasos sanguíneos.
Sistema Circulatorio Abierto
Propio de muchos invertebrados, como artrópodos y algunos moluscos. Es una mezcla de sangre y de líquidos internos (hemolinfa) impulsada por uno o más corazones hacia un espacio abierto llamado hemocele. La hemolinfa sale del corazón por unos vasos (arterias) y en sus extremos se desborda y llena las lagunas y los senos tisulares del hemocele, bañando las células. Luego, vuelve al corazón a través de las venas. El intercambio de nutrientes y desechos por difusión se lleva a cabo entre la hemolinfa y las células del cuerpo.
Sistema Circulatorio Cerrado
Propio de algunos invertebrados como anélidos y los moluscos cefalópodos, y de todos los vertebrados. La sangre circula bajo presión, impulsada por el corazón, dentro de un sistema tubular cerrado. Las arterias son vasos de paredes gruesas que salen del corazón y se ramifican en otros cada vez más pequeños hasta convertirse en redes de vasos muy finos, los capilares. Sus paredes son tan delgadas que a través de ellas se realiza el intercambio de gases, nutrientes y residuos entre las células y la sangre. Una vez nutridos y oxigenados los tejidos, la sangre vuelve al corazón por las venas. Al ser un circuito cerrado, la sangre alcanza mayores presiones, es decir, que fluye con más rapidez, y se puede ajustar al tamaño del animal y a sus demandas metabólicas.
En el sistema circulatorio cerrado, la sangre transporta nutrientes y residuos metabólicos disueltos; además, contiene células especializadas en la defensa frente a las infecciones y sistemas capaces de autorrepararse cuando se producen heridas mediante coágulos.