Sobrecarga de Información y la Economía de la Atención
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A) La Sobrecarga de Información en la Era Digital
¿Cuánta información interactúa usted cada día? Para muchas personas, esto podría parecer una pregunta bastante extraña, algo que nunca realmente han considerado. Pero piense en ello: publicidad en el autobús, su programa de radio o televisión matutino, los periódicos, navegando por la web, revisando su correo electrónico o enviando un mensaje de texto. Quizás, usted va en línea y revisa su red social, o lee las noticias, incluso consulta el pronóstico del tiempo. De hecho, la mayoría de nosotros somos bombardeados con información en diferentes medios de comunicación, como parte de la 'explosión de la información' impulsada por la tecnología que domina nuestra vida laboral, de estudio y de ocio.
B) De la Sobrecarga a la Contaminación Informativa
La proliferación de noticias, comerciales y medios de entretenimiento en el siglo XXI ha llevado a muchos expertos a hablar de la sobrecarga de información. "Con esto, nos referimos a la tendencia de que demasiada información oscurezca los hechos relevantes," dice la analista de comunicaciones Teresa Fuster. "Esto hace imposible tener una visión general de cualquier situación, o lo que es más importante, tomar decisiones basadas en lo que sabemos." Según Fuster, cuando la información adicional, en particular la de fuentes no verificables en línea, hace más difícil ver lo que realmente está sucediendo, la sobrecarga de información se convierte en contaminación de información.
C) La Economía de la Atención y el Robo de Atención
"Si demasiada información es contaminación mental, entonces vivimos en una era sucia," declara Zoe Jenner, directora de una empresa pionera en selección de información en Internet, que investiga formas de bloquear la información innecesaria de nuestras vidas. Ella define la información no solicitada, como correos electrónicos masivos de publicidad o mensajes de texto comerciales, como el robo de atención. La empresa propone una economía de la atención, donde se considera la atención como un recurso precioso y limitado, y se buscan formas de conservarla. Este enfoque podría crear un 'precio de congestión' de la información, donde la gente presupuesta dinero para enviar correos electrónicos, al igual que ahora hay que pagar por el correo tradicional. ¿Y el mejor modo de evitar interrupciones innecesarias? Desconéctese de los medios de comunicación de vez en cuando. Notará la diferencia.