La Sociedad Española en el Sexenio Democrático y la Restauración

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Los liberales se apoyaron en ella para promover un espíritu de paz y reconciliación entre los españoles tras las guerras carlistas, que sirviera para asentar el orden nuevo burgués establecido, frente a los ánimos exaltados religiosos y las crecientes desigualdades e injusticias sociales. Otro grupo del estrato superior fue el de los jefes militares, de extraordinaria influencia gracias a sus conexiones con la burguesía, su triunfo en las guerras carlistas, su participación destacada en los gobiernos y en las Cortes y su defensa de la propiedad y la nueva sociedad liberal. La misma unión de este grupo con la nobleza, tradicionalmente vinculada a la realidad militar, reforzaba aún más su poder. Toda la sociedad que estaba surgiendo servía al interés supremo de la burguesía, como defensores a ultranza de la propiedad, de la nueva economía industrial, del progreso sin límite y de la plena felicidad terrenal.

Las masas populares, finalmente, estaban constituidas por campesinos y proletarios (asalariados de la minería y la industria). La comunidad rural de campesinos estaba regida por un tiempo lento que dependía del ciclo astronómico, en claro contraste con la celeridad de la vida urbana y sus acelerados cambios. El desfase entre la sociedad urbana y la rural era total. Por otro lado, ambas sociedades no podían ser equiparadas numéricamente: en 1860, por ejemplo, la población activa era abrumadoramente agraria, y los obreros estrictamente industriales venían a representar tan solo alrededor de un 4%.

Economía y Sociedad en la España del Sexenio y la Restauración

Áreas de Desarrollo y Política Económica

La España que se encontró el Sexenio y el nuevo monarca Alfonso XII, presentaba una sociedad escindida, fracturada. De un lado unas pocas áreas de creciente industrialización, en Vizcaya y Barcelona principalmente, y del otro el inmenso interior agrario. Las rentas eran en general bajísimas, con clara falta de ahorro y consumo y enormes dificultades para el desarrollo industrial.

Las áreas económicas a destacar en España eran así:

  • Las agrarias del interior (con cultivos extensivos de gran consumo como el trigo y producción cerealista protegida frente a la competencia exterior)
  • La periferia norte industrial de la siderurgia y los astilleros

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