Sócrates: Vida, Pensamiento y su Confrontación con los Sofistas en Atenas

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Sócrates (470-399 a.C.): Figura Clave de la Filosofía Ateniense

Vida y Contexto

Sócrates (470-399 a.C.) nació y vivió en Atenas. Pertenecía a la clase media; según el texto original, sus padres eran comerciantes. Acudió al servicio militar y participó en algunas batallas. Su principal actividad consistía en reunirse con la gente en el ágora y otros lugares públicos para dialogar y examinar diversas cuestiones.

Se dice que tuvo dos hijos y se casó con Jantipa, descrita a veces como una mujer de fuerte carácter y, según algunas fuentes, de posición acomodada. El texto original menciona que Sócrates "tenía otras amantes". En el contexto de la Atenas clásica, las relaciones afectivas y eróticas entre hombres (a menudo un hombre mayor y un joven, donde el joven podía sentir admiración o afecto —"apasionarse" según el texto original— por el más maduro) eran una práctica socialmente integrada. Esto ocurría en un entorno donde la mujer tenía un rol social más restringido y era considerada, en muchos aspectos, inferior.

Dedicó su vida a la búsqueda de la verdad y a fomentar el examen crítico en los jóvenes, una labor educativa que se relaciona con el concepto de Paideia, aunque con un enfoque muy particular y distinto al de la educación formal de su tiempo, y que, según el texto, "no tiene nada que ver con nuestra educación" actual.

Juicio y Muerte de Sócrates

Sócrates fue finalmente llevado a juicio y condenado a muerte en su propia ciudad. Se le obligó a beber cicuta, un veneno que le provocaría la muerte. Las principales acusaciones en su contra fueron:

  • Impiedad (asebeia): Fue acusado de "herejía", es decir, de no creer en los dioses de la ciudad ("falsos dioses" según la acusación citada), de introducir nuevas divinidades y de no seguir la religión oficial.
  • Corrupción de la juventud: También se le imputó el cargo de corromper a los jóvenes, es decir, de "educar a los jóvenes para ser malos", según la perspectiva de sus acusadores.

Platón, uno de sus más célebres discípulos, narró los últimos momentos de Sócrates. Según este testimonio, en su lecho de muerte, Sócrates habría consolado a sus amigos diciéndoles: "¿Por qué lloráis? ¿Acaso sabéis si es mejor la vida o la muerte?". Esta serenidad ante la muerte se vincula con su idea de que "la vida es como una enfermedad y esa enfermedad se acaba con la muerte".

Sócrates y los Sofistas: Un Debate Fundamental

En el panorama intelectual de Atenas, Sócrates tuvo como principales interlocutores y, en muchos aspectos, competidores, a los Sofistas. Estos eran profesionales de la educación, especializados en la enseñanza política y la retórica, aunque Sócrates criticaba que no impartían un conocimiento básico sólido.

La Crítica Socrática a la Sofística

Aunque en sus inicios pudo haber sido asociado con los Sofistas ("Sócrates empezó siendo Sofista" según el texto), Sócrates pronto se diferenció radicalmente y les dirigió una profunda crítica. Sus principales objeciones eran:

  • No enseñaban la verdadera areté (virtud): Sócrates sostenía que los Sofistas no se preocupaban por inculcar la virtud entendida como excelencia moral y conocimiento del bien, es decir, a ser una persona honesta.
  • No transmitían verdaderos conocimientos: Para Sócrates, los Sofistas ofrecían un saber aparente. Los comparaba con "un traficante que no sabe lo que está vendiendo".

Sócrates decía que "entregarte a un Sofista, era entregarle tu alma y tu inteligencia".

Los Peligros de la Enseñanza Sofística según Sócrates

Sócrates afirmaba que los Sofistas eran peligrosos porque:

  • Enseñaban algo que no era la virtud, sino solo cómo alcanzar el éxito, pero no a ser felices, ya que "la felicidad no está asociada al éxito".
  • Sostenía que "hay que formar el alma para ser felices y los sofistas no lo hacen".
  • Instruían en el arte de manipular los argumentos, enseñando a "convertir los argumentos verdaderos en falsos y los falsos en verdaderos para convencerte de lo contrario".

La imagen que Sócrates proyectaba de un joven que acudía a un sofista era la de alguien que "va a perderse como ciudadano y persona, y que jamás podrá alcanzar su propia felicidad".

La Búsqueda de la Felicidad y la Virtud

El texto original plantea una aparente contradicción o reflexión: "los sofistas no te enseñarán la felicidad porque solo tú puedes encontrar el camino de tu propia felicidad". Esta idea resuena con el pensamiento socrático: la areté no se puede enseñar de la manera en que los Sofistas pretendían hacerlo (como una técnica externa). "La areté no se puede enseñar, y los sofistas te convencen de que sí; es la frase que resume el pensamiento de Sócrates", según el documento. Esto implica que la felicidad y la virtud se cultivan interiormente, a través del autoconocimiento y el examen constante, un camino individual que un maestro puede guiar pero no imponer.

El Legado de los Sofistas y la Perspectiva Socrática

Es importante notar que, como indica el texto, "apenas hay información de los sofistas ya que fueron prácticamente borrados debido a lo que Sócrates decía y más tarde Platón, su discípulo". Nuestra comprensión de los Sofistas está fuertemente influenciada por estas críticas. Muchas de sus obras originales se han perdido, lo que dificulta tener una visión completamente equilibrada. Sin embargo, la confrontación entre el ideal socrático de filosofía y las prácticas de los Sofistas marcó un punto de inflexión en la historia del pensamiento occidental.

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