Sócrates vs. Sofistas: El Debate Eterno sobre Verdad y Moral en la Atenas Clásica
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El Contexto de la Filosofía Griega Clásica: Atenas y la Democracia
Para comprender a los Sofistas y a Sócrates, es fundamental situarlos en la Atenas democrática del siglo V a. C., en el contexto de la democracia de Pericles. Esta forma de gobierno permitía a los ciudadanos tanto debatir en asambleas como presentarse a cargos públicos, fomentando un ambiente de participación cívica y oratoria.
Los Sofistas: Maestros de la Retórica y Pioneros del Giro Antropológico
Orígenes y Función en la Atenas Democrática
Los Sofistas, sabios (sophos) venidos del extranjero, no tenían derecho a hablar en las asambleas atenienses. Sin embargo, encontraron su lugar enseñando a los ciudadanos la retórica (técnicas de conversación y persuasión) a cambio de dinero. El objetivo principal de la retórica sofista no era la búsqueda de la Verdad (como propondrían Sócrates y Platón), sino convencer a los demás de la propia opinión en las discusiones.
Detrás de esta actitud, existían razones filosóficas de peso, más allá de la superficialidad o el cinismo. Los Sofistas propusieron nuevos problemas relacionados con el ser humano, marcando un giro antropológico al dejar atrás las reflexiones sobre la naturaleza que caracterizaban a los viejos filósofos presocráticos.
Principios Filosóficos Sofistas: Escepticismo y Relativismo
Por un lado, los Sofistas apelaban al escepticismo epistemológico. Argumentaban que, en la medida en que el conocimiento está basado en los sentidos, la percepción de la realidad es inherentemente subjetiva. Por lo tanto, no existe una Verdad o un Bien absoluto o universal.
Este camino les llevó inevitablemente al relativismo moral. Para los Sofistas, no hay un Bien o una moral universal o divina. Cada cultura o cada persona juzga de manera diferente las conductas humanas como buenas o perjudiciales.
El Convencionalismo de las Leyes
En consecuencia, las leyes de las polis (ciudades-estado) no podían, según los Sofistas, fundarse sobre bases universales, eternas o divinas. Las leyes de las polis debían hacerse por convención o por consenso. Esto se conoce como convencionalidad de las leyes y permite que en una polis se acuerden unas leyes y en otra, incluso las contrarias. Para ellos, no había leyes equivocadas; todas eran válidas si eran el resultado de un acuerdo social.
Por todo ello, los Sofistas se convirtieron en rivales intelectuales de Sócrates y de Platón (de hecho, en los textos de Platón, Sócrates siempre se opone a un Sofista).
Figuras Clave del Sofismo
- Gorgias: Un ejemplo prominente de escepticismo epistemológico, famoso por su tesis: "Nada existe; si existiera, no se podría conocer; y si se conociera, no se podría comunicar."
- Protágoras: Conocido por su tesis central: "La persona es la medida de todas las cosas."
- Calicles, Trasímaco, Hipias y Licofrón: En sus pensamientos podemos encontrar tesis a favor del convencionalismo de las leyes, desvinculando la ley de la naturaleza (physis) y situándola en la convención humana (nomos).
Sócrates: La Búsqueda de la Verdad Universal y la Virtud
Vida y Contexto en Atenas
Sócrates (c. 470-399 a. C.) nació en Atenas y murió condenado a muerte en la misma ciudad. A lo largo de su vida no dejó nada escrito; se limitó a dialogar con sus discípulos en el ágora, cuestionando los pensamientos de los demás. Su madre era matrona, y esta profesión inspiró la forma de enseñanza socrática: la mayéutica.
Sócrates se sitúa en el mismo contexto que los Sofistas, en la Atenas democrática. Sin embargo, se oponía firmemente al pensamiento sofista, especialmente al relativismo que estos proponían.
La Oposición al Relativismo Sofista
Sócrates proclamaba el antirrelativismo moral, defendiendo la existencia de un Bien cognoscible y universal para todos. Así pues, para contrarrestar el pensamiento sofista, Sócrates propuso una argumentación dialogada y la búsqueda de definiciones universales.
El Método Socrático: Ironía y Mayéutica
En cuanto al diálogo, el filósofo empleaba la ironía y la mayéutica para alcanzar la Verdad. Por medio de la ironía, fingiendo ignorancia, cuestionaba al interlocutor hasta que este reconocía sus propios prejuicios contradictorios (la aporía), rechazando así las respuestas inadecuadas. Posteriormente, a través de la mayéutica, Sócrates ayudaba a "dar a luz" los conocimientos que ya residen en el interior de cada persona, pues, en su opinión, el verdadero conocimiento consiste en extraer nuestros contenidos internos, tal como una matrona ayuda en el parto.
El Intelectualismo Moral Socrático
Además, Sócrates propuso la búsqueda de definiciones universales como antídoto al relativismo. Para él, existía un verdadero Bien que debía ser conocido, ya que este conocimiento condicionaba directamente el comportamiento humano. Este Bien o esta Verdad es algo que uno debe encontrar en sí mismo, y para ello se valía de la ironía y la mayéutica, métodos ya mencionados.
Una vez conocido el Bien, es imposible obrar mal. Esto es lo que se conoce como intelectualismo moral: quienes conocen el Bien, actuarán correctamente. En otras palabras, quienes obran mal, lo hacen por ignorancia.
La Misión de la Filosofía según Sócrates
Relacionado con el intelectualismo moral, se comprende el principal objetivo de Sócrates: alcanzar la virtud. Precisamente esto era lo que él consideraba la misión de la Filosofía: enseñar en la ciudad el arte del obrar bien y de la vida virtuosa.