Soportes de Escritura en la Antigüedad

Clasificado en Plástica y Educación Artística

Escrito el en español con un tamaño de 4,08 KB

Las Tablillas Enceradas

Consistían en pequeñas tablas de madera con los bordes ligeramente destacados y la parte central más hundida. Sobre esta se extendía cera coloreada en tonos rojizos. Se escribía con un punzón de madera, hueso o marfil, llamado stylus, que tenía un extremo en forma de espátula para borrar o igualar la superficie. Se unían por los lados con un cordón y formaban dípticos, trípticos e incluso polípticos. En latín se llamaban cerae, pugillares, tabellae o tabula. Fue el material más popular, usado en escuelas... En latín, nos han llegado en buen estado las descubiertas en Pompeya, en la casa del banquero Giocondo, con información sobre asuntos del municipio. Las tablillas con contenido oficial se guardaban en el Tabularium.

El Papiro

En Roma se generalizó el uso del papiro como soporte de escritura. Recibe su nombre de la planta del papiro, que crece en las orillas del Nilo. Con sus tallos se obtenía el material para escribir, después de un largo proceso de elaboración: los tallos se cortaban en láminas muy finas, que se colocaban perpendicularmente unas sobre otras; así se obtenía un entramado que se prensaba y se secaba al sol. Las láminas de papiro, ya secas, se pegaban con cola de almidón y se enrollaban alrededor del umbilicus (ombligo), una barra fina de madera. Este rollo de papiro se llamó volumen o liber. Desplegar estos rollos para escribir era complicado, por eso se compraban páginas, paginae, que se pegaban una vez escritas para formar el rollo. Su lectura también era una tarea muy laboriosa, pues había que sujetar el papiro con ambas manos e ir enrollando y desenrollando el papiro a medida que se iba leyendo. Entre los papiros más antiguos están:

  • Los papiros de Herculano
  • Los papiros de Al Fayum

Los romanos, debido al aumento de la demanda, transportaban de Egipto la planta y con ella fabricaban la carta para escribir. Así perfeccionaron el proceso de elaboración y mejoraron la calidad del papiro.

El Pergamino

Para la elaboración de este material se usaba piel de oveja, cabra o ternero. Se sumergía en agua con cal, se raspaba para quitar cualquier impureza y se pulía la superficie de las dos caras con piedra pómez. El resultado era la llamada carta pergamino o membrana. Al principio, los libros de pergamino tenían la forma de rollo o volumen, como los del papiro, pero en la época imperial surgieron los quaterniones (cuadernos). Estos cuadernos se cosían y se cubrían luego con unas tapas de madera; recibieron el nombre de codex membrana. Con la palabra códex se designaba a las tablillas de madera encerada que se utilizaban para escribir. Con estas tablillas se hicieron las cubiertas de los quaterniones. El pergamino era más resistente que el papiro. La resistencia y la textura del pergamino fueron determinantes en la extensión de este soporte, que ha permitido la conservación de las obras literarias clásicas hasta nuestros días. Para escribir sobre el papiro o el pergamino se utilizaba el calamus (cálamo). Era una pequeña caña de junco con un extremo cortado y afilado. También se usaban las plumas de ave, pena, e incluso conocían las plumas de metal. La tinta, atramentum, se elaboraba con hollín, heces de vino, tinta de sepia y otras sustancias hasta formar una pasta negra que se diluía para su uso. Para eliminar manchas o letras del pergamino se empleaba un utensilio llamado rasorium (raspador).

El Papel

Este material se fabricaba con una pasta compuesta fundamentalmente por trapos de algodón y cortezas vegetales. Su elaboración se mantuvo en secreto hasta el siglo VIII. A partir de entonces, los árabes conocieron su composición, perfeccionaron el proceso y lo difundieron. Construyeron las primeras factorías de Al-Ándalus en Córdoba y Játiva; desde allí se extendió a toda Europa, y el empleo del papel se generalizó a partir del siglo XII.

Entradas relacionadas: