Surrealismo y Novecentismo: Dos Corrientes Literarias del Siglo XX
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El Surrealismo
Tras la desaparición de la mayoría de las corrientes vanguardistas, desde finales de los años veinte y hasta la Segunda Guerra Mundial, la vanguardia más importante es el Surrealismo. Este nuevo movimiento fue impulsado por el escritor francés André Breton. Los surrealistas muestran mucho interés por el subconsciente, por los sueños y por los aspectos del pensamiento humano no sometidos a la lógica y la razón. El Surrealismo se presenta, por tanto, como un movimiento emancipador de los seres humanos, quienes pretenden liberarse de las ataduras de la lógica racional, de las convenciones de todo tipo y del mismo lenguaje. Imágenes insólitas, visionarias y sorprendentes, metáforas, relaciones inadvertidas entre las cosas y los seres, la atracción por lo inquietante y lo misterioso, la fascinación ante objetos extraños y seres enigmáticos, el gusto por la magia y por los fetiches más insólitos, etc. El Surrealismo contribuyó a la rehumanización de las vanguardias.
El Novecentismo
Se denomina Novecentismo al movimiento cultural de la segunda década española del siglo XX. En la literatura, se tiene por decimonónico el Romanticismo y el Realismo, también el Modernismo. En 1914, comienzo de la Primera Guerra Mundial, se ha considerado como el final social y político del siglo XIX, por eso al Novecentismo se le ha denominado también Generación de 1914. Los escritores novecentistas son prestigiosos profesionales: filósofos, científicos, filólogos, juristas muy bien formados.
Características del Novecentismo
- Racionalismo: Los novecentistas defienden el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias y la claridad expositiva.
- Antirromanticismo: Se rechaza lo sentimental y se prefieren, por el contrario, las actitudes equilibradas y tranquilas y la expresión razonada de las emociones.
- Defensa del arte puro: El arte tiene que limitarse a proporcionar placer y belleza, y no debe ser vehículo de inclinaciones religiosas o políticas, ni de sentimientos personales.
- Aristocratismo intelectual: La literatura se escribe para minorías selectas o, en expresión de Juan Ramón Jiménez, "para la inmensa minoría".
- Estilo cuidado: Obras bien hechas, estructuras cuidadas y estilo claro y limpio.