El Teatro en la Antigua Grecia: Origen, Características y Representaciones
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Definición y Origen
El teatro occidental nació en Atenas poco antes del siglo V a.C. y tuvo su esplendor durante la época clásica. En esta época surgió en Atenas el primer estado democrático, y las artes, las letras y el conocimiento científico y filosófico avanzaron como pocas veces más en la historia. El teatro fue entonces no sólo un fenómeno artístico, sino también una institución cívica, política, democrática y religiosa.
Con el término κάθαρσις, que podríamos traducir por “purificación”, se puede ejemplificar el estado de ánimo con el que los espectadores asistían a la representación, como una liberación de las tensiones de la vida cotidiana, purificación o “catarsis” que se producía a través del dolor (tragedia) o de la risa (comedia). Otro término griego que podemos utilizar para definir el teatro en relación con los espectadores es παιδεία, “educación”, por el carácter paidéutico que tiene el drama, es decir, de escuela para los atenienses.
El teatro viene a ser una síntesis de los otros dos géneros, épica y lírica. Del primero tomó principalmente los temas, las historias y los personajes y del segundo la música, en cierto modo también la danza de los coros y la variedad métrica. Su origen es también religioso, hunde sus raíces en las celebraciones y ritos en honor al dios Dionisio. Dice el profesor Adrados que el teatro nace cuando el coro entona un canto dionisiaco y un “corifeo” (cabeza de coro) se dirige a él para darle órdenes.
El teatro se presenta bajo tres modalidades: la tragedia, la comedia y el drama satírico, de los cuales sin duda la más importante es la tragedia.
Las Representaciones
Las obras de teatro (comedia y tragedia) se representaban en Atenas como un acto litúrgico, que era la culminación de las grandes fiestas en honor de Dionisio. Estas fiestas eran:
- Las Leneas
- Las Dionisias rurales
- Las Grandes Dionisias
La forma en que se representaban las obras en Atenas se asemeja a una competición (se veían sometidas al criterio de un jurado popular), allí supervisada por el estado. Cada poeta trágico tenía que presentar tres tragedias y un drama satírico.
Los gastos de la representación los costeaban los coregos (ciudadanos ricos). El director del coro solía ser el propio poeta, que a veces participaba también como actor. Las mujeres no formaban parte del grupo de los actores, aunque sí podían asistir al teatro. La tragedia y la comedia eran tuteladas por el Estado, que consideraba el teatro como una institución que servía para hacer mejores a los ciudadanos.