El Teatro en España: Tendencias Dominantes y Vanguardias (1950-1970)
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El Teatro Español desde los Años 50 hasta el Nuevo Teatro
Hasta los Años 50: El Teatro Conservador y de Evasión
Durante esta etapa, el teatro español estuvo predominado por obras de carácter conservador, cuyo principal objetivo era entretener y moralizar. Se cultivó el drama burgués, caracterizado por una crítica superficial de las costumbres que no incomodaba al espectador.
Autores como Juan Ignacio Luca de Tena, con sus ambientes aristocráticos, o José María Pemán, quien abordaba temas escabrosos desde una perspectiva externa (como el adulterio en La verdad o la discriminación en Callados como muertos), ejemplifican esta tendencia. Joaquín Calvo Sotelo, en La muralla, reflejó los abusos de poder y el catolicismo superficial a través de un oficial del ejército atormentado por el miedo a la condenación de su alma. En esta línea se inscriben también los autores del teatro de evasión, que buscaban la felicidad o el amor para compensar las limitaciones y amarguras de la realidad, como López Rubio y Agustín de Foxá.
El teatro del humor de Enrique Jardiel Poncela, aunque innovador, fue muy criticado. Su obra Eloísa está debajo de un almendro es una comedia de humor negro donde el protagonista, encerrado durante treinta años, crea su propio mundo ajeno a las guerras. En su teatro, los criados fieles a sus señores suelen encarnar el sentido común.
Miguel Mihura, con Tres sombreros de copa, presenta la historia de Dionisio, quien se enamora de Paula en la víspera de su boda. A pesar de descubrir que su vida de casado será convencional y aburrida, se casa y sigue las convenciones sociales. El mérito de la obra reside en la comicidad insólita de sus situaciones, personajes y lenguaje.
El Teatro de Compromiso Social
Esta etapa se inicia con Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, una obra que representa la vida de varias familias madrileñas vecinas de una escalera, cuyos fracasos se perpetúan en la siguiente generación, repitiendo los mismos comportamientos.
Alfonso Sastre, con Escuadra hacia la muerte, denuncia el belicismo de la época a través de la rebeldía de cinco soldados en una misión suicida durante una hipotética guerra mundial. Ambos autores intentaron remover las conciencias mediante el teatro. Buero, menos fatalista que Sastre, optó por un realismo simbólico, mientras que Sastre se inclinó por un realismo social. Buero era posibilista (lo importante es representar), y Sastre imposibilista (escribir es más urgente que estrenar).
Sastre y José María de Quinto fundaron el Grupo de Teatro Realista, un movimiento de rebelión con más expectativas que éxito. Esta corriente abrió la vía al teatro realista de los años 60, con autores como:
- Lauro Olmo: La camisa, que aborda el paro y la emigración.
- José María Rodríguez Méndez: La madriguera, donde una habitación de alquiler simboliza la opresión.
- Carlos Muñiz: El tintero, sobre un oficinista fracasado que se suicida.
A Finales de los Años 60: El Nuevo Teatro Experimental
A finales de los años 60, se desarrolló el Nuevo Teatro, una corriente vanguardista y experimental con dos tendencias principales:
- Una tendencia simbólica, representada por autores como Romero Esteo y José Ruibal.
- Otra tendencia experimental, con figuras como Antonio Buero Vallejo, Francisco Nieva y Fernando Arrabal.
Buero Vallejo incorporó el efecto de inmersión, que introduce al espectador en el drama. Por ejemplo, en obras sobre ciegos, se apagan las luces; en las de sordos, se va la voz (como en El sueño de la razón); o se ve una celda donde antes se veía una habitación.
Francisco Nieva, por su parte, introdujo el erotismo, el absurdo y técnicas cinematográficas en sus obras.